El sacerdote nicaragüense Erick Díaz, celebró su primera eucaristía en la iglesia Santa María del Lago y Nuestra Señora de Lourdes, en Chicago, Estados Unidos, donde fue acogido después de ser forzado al exilio en septiembre de 2022.
La primera misa del religioso, este domingo 19 de febrero, fue ofrecida en acción de gracias por la excarcelación de 222 presos políticos y para unirse en oración por la liberación del obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez.
«Igual que yo, miles de nicaragüenses hemos tenido que abandonar nuestra patria por el simple hecho de soñar y querer un país digno para todos. La iglesia no podía quedar callada cuando desterraron a los primeros nicaragüenses,cuando asesinaron a los más de 300 jóvenes, cuando mirábamos al hermano que estaba pasando por el dolor, la Iglesia solo pidió paz como es su cometido, la Iglesia solo pidió justicia y libertad porque siempre debe ser antorcha de libertad y de luz en medio del dolor. Eso ha sido la Iglesia nicaragüense, especialmente algunos con mayor compromiso con el Evangelio», manifestó el padre.

El sacerdote —quien sostuvo que sigue siendo nicaragüense, a pesar que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo lo declaró apátrida— reiteró que, como Iglesia, siguen defendiendo la dignidad humana porque, explicó, «somos creados a imagen y semejanza de Dios, (y) por eso quien atente, violente o mancille la dignidad del hombre, también está mancillando a Dios».
Sin embargo, instó también a amar y perdonar a quienes les persiguen, y recordó que «nunca es tarde para volvernos a Dios».
Monseñor Rolando Álvarez es el obispo de la paz
Durante su homilía dominical, el sacerdote, miembro de la diócesis de Matagalpa, resaltó que monseñor Rolando Álvarez siempre les predicó «no al odio, no a la confrontación, no a la violencia».
«Decía que debemos evitar el odio y la violencia porque si eso ocurre el odio se convierte en venganza y, bajo la premisa de la justicia, la justicia nos lleva a eliminar al “otro”, a destruir al que piensa diferente. Eso no debe ser así, la riqueza del mundo es que todos somos diferentes», resaltó el religioso.
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A su vez, indicó que no hay certeza de que monseñor Álvarez se haya negado a abordar el avión para irse del país junto a los 222 reos de conciencia desterrados, «lo que sí es verdad es que abrazó la Cruz por amor a sus hermanos, a su patria. Es el obispo de la paz, de la no violencia, que ama hasta el extremo y que sigue sufriendo por amor».
Cardenal de Chicago pide el cese de la persecución religiosa en Nicaragua
Por su parte, el reverendo Manuel Dorantes, párroco de la iglesia Santa María del Lago, dio la bienvenida al sacerdote Díaz y a los excarcelados que asistieron a la misa de acción de gracias.
Durante el recibimiento, el padre Dorantes leyó un mensaje enviado por el cardenal de Chicago, Blase Joseph Cupich, al pueblo de Nicaragua, en el que señala que, «en solidaridad con la Iglesia sufriente de Nicaragua ha ofrecido hospitalidad y bienvenida a un valiente sacerdote que, con mucho de sus hermanos, se mantuvo unido a su obispo como testigo de los derechos humanos de su pueblo. La iglesia de Chicago tiene la bendición de tenerlos con nosotros».

El cardenal estadounidense también hizo un llamado al «cese inmediato de la persecucion sistemática a la Iglesia en Nicaragua, a través de acusaciones falsas, el cierre de radios católicas, el bloqueo del acceso a las iglesias y a otros actos graves que violan la libertad religiosa y el orden social».
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En la misa participaron los excarcelados políticos Antonio Zelaya Sevilla, Jerling Uriel Cruz Ortiz y Lázaro Ernesto Rivas Pérez, quienes vivirán en el área de Chicago.