El exjefe del Ejército sandinista de los años 80 y hermano del dictador Daniel Ortega, Humberto Ortega, reapareció con un artículo de opinión en el que pretende hacerse ver como «analista mundial» sugiriendo que, de ser inevitable y necesario, EE. UU. podría ejecutar una operación militar «quirúrgica relámpago» contra el régimen de su hermano, en caso de poner en peligro la «estabilidad básica» de la región. Además, vuelve a hablar de «coexistencia» y gobierno de centro democrático.
En la publicación de la sección de opinión de La Prensa del lunes, 13 de mayo, el exmiembro de la Dirección Nacional del Frente Sandinista insiste en lo que llama «coexistencia de las fuerzas políticas enfrentadas con odio», refiriéndose a la dictadura de su hermano que aplacó a sangre y fuego las protestas cívicas y a la oposición, que pagó con más de 350 muertos el haber protestado.
Es decir, el exjefe militar del sandinismo pretende poner al mismo nivel lo que llama «odio» a la oposición y a la dictadura, sin mencionar que su hermano y su cuñada se mantienen en el poder por la fuerza y a base de fraudes, mientras la oposición ha sido asesinada, herida, encarcelada, desterrada, desnacionalizada y confiscada.
Asimismo, el exmilitar habla de gobierno «centro democrático». Reconoce la deriva autocrática, «absolutista» del régimen, pero prefiere omitir los nombres de los cabecillas. Alude únicamente al «partido de gobierno».
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El general en retiro, radicado como empresario en Costa Rica desde su salida del Ejército, divide su análisis en 11 puntos. Dedica los primeros siete a exponer lo que ocurre en el mundo, enfatizando en la lucha por la hegemonía global que libran las potencias económicas y militares, principalmente las de dominio nuclear como EE.UU, Rusia, China y Europa, con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
En ese contexto, el menor de los Ortega señala que las potencias tensan la situación mundial, amenazando con una posible «hecatombe» nuclear que al final evitan, pero buscan «negociaciones ventajosas» para cada uno.
De paso, critica a la Organización de Naciones Unidas (ONU) que ha sido incapaz de resolver el conflicto en el Medio Oriente, y aprovecha para exponer cuál es la correlación de fuerzas mundial actual.
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«La maquinaria bélica mundial la dominan EE. UU., Rusia, China. La OTAN se fortalece con nuevos miembros, que irritan a Rusia. Alemania impulsa su desarrollo militar para ser de nuevo una gran potencia guerrera en la región. Japón fortalece su gran ejército con misiles de largo alcance. EE. UU. lleva la supremacía militar, fortalece alianzas en el Asia-Pacífico, India, Vietnam, en su plan contra China. En tanto Rusia dispone del más poderoso arsenal nuclear en balance con EE. UU. y China es la segunda potencia naval de cerca a la US-Navy», valora el general en retiro.
Y es en ese contexto de reparto mundial entre las «grandes potencias», que Humberto, afirma que «Nicaragua (dictadura Ortega-Murillo) está más expuesta a una acción quirúrgica, relámpago por parte del gobierno norteamericano, en caso lo considere imprescindible».
El militar retirado opina que los países que integran la llamada Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), fundada por los ya fallecidos dictadores Fidel Castro y Hugo Chávez, también se exponen, provocando a la potencia estadounidense «sin estar en capacidad de librar guerras de resistencia de larga duración».
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Asimismo, le recuerda a los gobiernos del mundo, claramente dirigiéndose a los belicosos izquierdistas de las tiranías de Nicaragua, Cuba y Venezuela que, aunque de alguna forma puedan incidir «no evitarán las decisiones que las grandes potencias acuerden».
Ya ocurrió algo parecido en 1962, durante la llamada «crisis de los misiles», en Cuba. La entonces Unión Soviética, acordó en secreto con Fidel Castro instalar misiles nucleares de alcance medio en la isla caribeña, en el patio inmediato de EE.UU., la maniobra desató una crisis que puso al mundo al borde de la tercera guerra mundial, sin embargo, las dos superpotencias negociaron en secreto el fin de la crisis y ni tomaron en cuenta a Castro, pero éste tuvo que acatar lo que acordaron los grandes.
Propone movilización mundial
Según Humberto Ortega, «solamente la movilización y protesta de los ciudadanos, los jóvenes más conscientes, podrán contener el rumbo hacia el desastre, obligando a las potencias a contraer trascendentes e históricos acuerdos de paz, noble y justo propósito de vida o muerte».
Para el caso de Nicaragua, el exguerrillero sandinista y ahora próspero empresario, sostiene que los nicaragüenses están obligados a contribuir en la solución que acuerden las potencias enfrentadas, aunque no dice de qué forma.
Duras críticas a la oposición
El exdirigente sandinista, opina que las fuerzas opositoras nicaragüenses son «radicales» y «antidemocráticas», porque, según afirma, pretenden que el Gobierno de EE.UU los imponga en el país. Y aunque los estadounidenses no priorizan esa posibilidad, sí podría darse si aumentan las tensiones a nivel mundial y ahí es donde cabe la «operación quirúrgica relámpago».
Tras esa advertencia, Humberto Ortega cierra su «reflexión» afirmando que Nicaragua está obligada a resolver «con urgencia» la actual crisis política, «impulsando el arte de gobernar desde el centro democrático para la coexistencia de las fuerzas políticas confrontadas con odio, asegurando la plena libertad del individuo y el no alineamiento incondicional, con dignidad con el bloque del poder mundial que se escoja inevitablemente».