En otra arremetida contra la Iglesia católica, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo desterró a monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa, y a otros dieciocho religiosos al Vaticano, en Roma. Esta acción represiva fue calificada por el sacerdote José María Tojeira, exrector de la Universidad Simón Cañas (UCA salvadoreña), como una «brutalidad, injusticia e hipocresía» de la dictadura.
En una entrevista realizada por el periodista y fundador del medio de comunicación independiente Confidencial, Carlos Fernando Chamorro, Tojeira afirmó que le «indigna» este tipo de situaciones que violan los derechos humanos. De igual manera, calificó la expulsión arbitraria de los sacerdotes como un «signo de debilidad» de la pareja presidencial.
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«La dictadura (de Nicaragua) no ha podido con la fortaleza de los obispos y los sacerdotes y tampoco con el descrédito internacional, que se les ha ido formando. Creo que eso hay que aprovecharlo de alguna manera porque es una injusticia más», afirmó el exprovincial de los jesuitas centroamericanos.
Tojeira agregó que «aunque uno se alegra de que los religiosos estén liberados, hay que continuar insistiendo en la brutalidad, la injusticia, la hipocresía y la violación de derechos humanos».
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Para el sacerdote salvadoreño de origen español, el régimen orteguista es «sumamente hipócrita». «Hoy pueden decir ‘amamos a la iglesia’, tiernamente y mañana volver a encarcelar y expulsar religiosos». Tojeira enfatizó en las palabras «melosas» plasmadas en el comunicado oficial del gobierno nicaragüense, el cual tiene un tono respetuoso y diplomático que «contrasta totalmente con el discurso de odio permanente que mantiene Rosario Murillo contra de la Iglesia».
Presión internacional seguirá sobre Ortega
Aunque la liberación de los diecinueve clérigos «alegró» a los feligreses católicos y a la oposición nicaragüense, Tojeira señaló que la «persecución religiosa ha continuado aún después del destierro», con acciones como los ataques verbales de la vicepresidenta Murillo y la cancelación de asociaciones relacionadas con la Iglesia católica.
Sin embargo, el sacerdote jesuita destacó que la presión internacional de los gobiernos y las Conferencias Episcopales seguirá sobre la pareja dictatorial. «A pesar de que hagan esta especie de ‘pequeñas concesiones’, que son importantes para nosotros en el sentido que apreciamos la libertad en la gente que creemos y de nuestros amigos y compañeros del sacerdocio, no quita la injusticia y el destierro que es la privación de la nacionalidad».
El padre Tojeira indica que «la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, el primer texto mundial, dice que nadie puede ser privado de su nacionalidad». Sin embargo, para «camuflar» sus medidas represivas contra los religiosos, el régimen no llama destierro a la expulsión de los clérigos. «Habla de un viaje, que hizo un envío y una recepción. Le agradece al papa Francisco por lo que describe esto como un ‘acuerdo de buena fe’», reiteró.
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«Evidentemente, el Vaticano estaba preocupado por el encarcelamiento de los sacerdotes y quería su liberación, pero estoy seguro que el Vaticano hubiera preferido mil veces que los sacerdotes se quedaran en su lugar de trabajo. Aunque en vez de que permanecieran en la cárcel, los recibieron porque estaban preocupados por la salud física y psicológica de ellos», expresó el salvadoreño en la entrevista.
El largo historial de destierros a clérigos
El exrector de la Universidad Centroamericana de El Salvador denunció que este es el tercer destierro a sacerdotes. «Ya suman 39 religiosos oficialmente desterrados y muchísimos más a los que simplemente no se les permitió regresar a su patria o religiosos extranjeros que no se les permitió volver a Nicaragua».
Tojeira manifestó que el objetivo detrás de esta política impuesta por el dúo gobernante es erradicar cualquier opinión diferente a la de ellos, por más «reducida, prudente o suave que sea».
La dictadura nicaragüense «quiere que haya una absoluta igualdad de pensamiento y la Iglesia es la más crítica de de las instituciones. Algunos sacerdotes han sido un poco más críticos, otros un poco menos. A algunos los han echado simplemente por rezar por el obispo Rolando Álvarez, y eso que rezar no es una manera de criticar», sostuvo el cura.
Continuó con la explicación de que echar fuera del país a tantos sacerdotes «es muestra del afán de callar definitivamente a la Iglesia e impedir que su fuerza ética moral pueda dañarles lo más mínimo y no se dan cuenta que persiguiendo a la Iglesia se dañan, ya de por sí, a ellos mismos».
El exvocero de la Compañía de Jesús resaltó que «no se puede silenciar la persecución contra la Iglesia nicaragüense. «Es absurdo que Rosario Murillo diga que no se persigue la Iglesia y expulsar a 39 sacerdotes, eso no se ha visto en ninguna parte del mundo sin que todos digan que hay persecución», afirmó Tojeira.
Monseñor Álvarez, un posible cardenal
El sacerdote jesuita afirmó en la entrevista para Confidencial, su deseo de que el papa Francisco nombre al obispo Álvarez como cardenal. «Es una persona que ha demostrado su fidelidad a la Iglesia desde una situación de cárcel injusta, dura y humillante. Ha hecho mucho por la Iglesia y ha mostrado una lealtad a la Iglesia como muy poca gente lo puede demostrar», indicó.
«Al obispo (Rolando) Álvarez lo he conocido a lo largo de su historia crítica frente a los abusos del régimen y su resistencia en la cárcel que es admirable. Ojalá pueda pueda tener un papel y una libertad grande, para seguir hablando sobre la situación nicaragüense, que también anima a todos», expresó Tojeira.
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Desde su opinión, Tojeira recomendó que la Santa Sede «podría conseguirle un trabajo a monseñor (Rolando) Álvarez en Roma, en Costa Rica o bien, en algún otro lugar desde donde pudiera seguir ayudando al pueblo nicaragüense y darle todo el apoyo de la Iglesia con el Cardenato. Ojalá se hiciera verdad, pero eso depende del papa».
De igual manera, el exrector de la Universidad Simón Cañas expresó su preocupación respecto a que las «iglesias (quedarán) vacías» en Nicaragua. «Las parroquias prácticamente están quedando barridas y sin sacerdotes. Hay tres obispos exiliados y desterrados: monseñor Silvio Báez quien ha mantenido desde 2019 su prédica en la iglesia de Santa Aghata. Ahora también estarán desterrados el obispo Rolando Álvarez y el obispo Isidoro Mora».
Tojeira señaló que espera que los obispos, después de sobrellevar este «momento difícil», descubran una posición de «servicio a los nicaragüenses que permita también una expresión pública y una palabra de ánimo para los que están dentro de Nicaragua, parecida a la de monseñor Álvarez».
¿Quién es el sacerdote José María Tojeira?
Originario de España y nacido en 1947, Tojeira arribó a El Salvador en 1985 tras residir durante 16 años en Honduras. Entre 1988 y 1995, desempeñó la función de provincial (superior) de la orden jesuita en Centroamérica. En 1997, asumió la posición de rector de la UCA de El Salvador, la cual abandonó en 2010. Su legado perdura como uno de los rectores que preservó la orientación social de la institución académica.
En 2016 y 2020, trabajó como director del Instituto de Derechos Humanos de la UCA (Idhuca). A sus 76 años, todavía persiste como un observador atento de la realidad social de El Salvador y la región centroamericana.