El régimen orteguista, sin opciones por la resistencia de monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa, no tuvo otra alternativa que desterrar al jerarca a Roma. El 14 de enero, de manera silenciosa, el líder religioso fue exiliado de manera discreta junto al obispo Isidoro Mora, 15 sacerdotes y dos seminaristas, a la Ciudad del Vaticano.
La dictadura Ortega-Murillo repitió la estrategia de enviar a un grupo de religiosos a la Santa Sede, acción que, para distintos analistas, demuestra que los acusaron bajo delitos inventados, desde los comunes, hasta los políticos.
Por ejemplo, monseñor Álvarez fue condenado a 26 años y cuatro meses de prisión por los jueces del régimen. De acuerdo con varios opositores, este juicio fue más un acto de «castigo y venganza» que de cumplimiento de leyes aprobadas en Nicaragua para justificar la persecución política en contra de la Iglesia católica.
Un analista nicaragüense (desde el anonimato) calificó la liberación del religioso como «un suceso predecible, aunque tuviese la certeza de cuándo, ni cómo, pero la gente sabía que no iba a estar encarcelado por mucho tiempo». «El régimen Ortega-Murillo estaba desesperado por salir de la situación del obispo», mencionó.
El observador indicó que el encarcelamiento de monseñor Álvarez «fue y ha sido el peor error cometido por el régimen, todos los secuestros realizados se revirtieron en su contra e hizo ver al régimen de manera cruel e irracional». El papa Francisco, máximo líder de la Iglesia católica en el mundo, tildó a la pareja dictatorial como «fuera de razón» y comparó sus acciones con el régimen de Adolf Hitler.
El especialista recalcó que «el destierro de los obispos no fue algo que se dio de la noche a la mañana, ni en Nicaragua, ni en el Vaticano». Explicó que «está claro que fue un caso de diplomacia complejo para el régimen y llegar a este acuerdo le pesó mucho, ya que su figura de régimen implacable y feroz se vio dañada después de la liberación del obispo», religioso que resistió «todo tipo de abusos y nunca doblegó, lo que agobió a la dictadura y la obligó a responder con malas estrategias».
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Por otro lado, un segundo especialista relacionado con la Iglesia católica nicaragüense explicó que «antes de este destierro hubo señales que demostraron que el régimen no estaba ‘en sosiego’ como todos en el país creían». Para el analista, el régimen «no dormía, no tenía paz», ya que la presencia del obispo en la cárcel les quitaba el sueño. «Aunque mostraban otra cosas a sus seguidores, fueron derrotados en su propio juego», detalló.
Un analista consultado destacó cinco acontecimientos que «expusieron la desesperación del régimen» de querer salir del problema de los sacerdotes y, en especial, monseñor Álvarez, como también momentos que demostraron que la Iglesia católica trabajó en la liberación de sus religiosos.
El régimen y sus “pruebas de vida”
Durante la noche del 28 de noviembre de 2023, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo difundió distintos medios visuales sobre monseñor Rolando Álvarez, quien el día anterior cumplió 57 años. El analista consultado dijo que «al publicar esas fotos y videos, la dictadura actuó como un verdadero secuestrador quien publica pruebas de vida de sus víctimas» y, añadió que «¿No que era un delincuente? ¿No era un delincuente? ¿Qué querían demostrar al publicar esas fotos? Ya que ninguna cárcel publica fotos de sus ‘criminales’».
En las fotografías difundidas, monseñor Álvarez apareció más pálido y algo demacrado con respecto a las fotos publicadas en marzo del mismo año. A su vez, las imágenes compartidas mostraban su ‘celda’, que era parecida a la de un hotel modesto.
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El analista describió que «monseñor aparecía vestido con traje de preso, aunque a veces su vestimenta era diferente». A su vez, consideró que «en las fotos y videos se le vio en revisiones médicas o mientras veía televisión, el régimen intentó mostrarlo feliz con su secuestro, una narrativa bastante rara».
Posteriormente, el dos de enero de 2024, el régimen volvió a compartir fotos de monseñor Rolando Álvarez. El obispo apareció con ropa diferente a la de los reclusos, específicamente, llevaba una camisa manga larga rosada y un pantalón gris. De igual manera, en las fotos volvió a aparecer mientras le hacían un «chequeo médico».
“La redada decembrina” de sacerdotes
Diciembre de 2023 quedará como uno de los peores meses en la persecución del régimen en contra de la Iglesia católica. Desde el 20 de diciembre, el régimen de Daniel Ortega comenzó una «cacería» en contra de los religiosos, donde comenzó con monseñor Isidoro Mora, obispo de la Diócesis de Siuna.
Posteriormente, fueron encarcelados 15 sacerdotes y dos seminaristas, en su mayoría relacionados con la Arquidiócesis de Managua. A su vez, en menor cantidad, fueron desterrados sacerdotes de la Diócesis de Matagalpa.
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El analista supuso que «tal parece que el régimen necesitaba presionar más para lograr el destierro de monseñor Álvarez, quién se negó en más de una ocasión a ser desterrados. Tal parece que el Vaticano tampoco aceptaba pedirlo, entonces ¿necesitaban más presión? Es posible».
“El lamento” del Ángelus
En la primera aparición del papa Francisco de 2024 en la Santa Sede, el pontífice aprovechó el «rezo de Ángelus» para hacer pública su preocupación por la situación represiva en Nicaragua.
En su mensaje, el máximo líder de la Iglesia católica pidió al mundo orar por los obispos y sacerdotes encarcelados en Nicaragua y, además, llamó al régimen a un diálogo con los religiosos nicaragüenses. El sumo pontífice dijo «siempre busquemos el camino del diálogo para superar las dificultades» y, añadió que «recemos hoy por Nicaragua».
«La invitación del papa resonó en todos lados, lo que fue otra exposición al régimen orteguista, sobre todo cuando la vicedictadora, Rosario murillo, negó la persecución», consideró el analista.
En lista negra por violar libertad religiosa
Pocos antes del destierro, el 4 de enero, el gobierno de Estados Unidos volvió incluir a Nicaragua en su «lista de negra» sobre la libertad religiosa. El régimen aparece junto a Cuba, Rusia y China como los países donde hay una fuerte persecución en contra de los sacerdotes.
De acuerdo con Washington, los gobiernos en estos países «participaron o toleraron distintas violaciones de gravedad en contra de la libertad religiosa”. La lista, que ya había incluido a Nicaragua en ediciones anteriores, fue realizada por el Departamento de Estado norteamericano «en observación» de los países donde se ve amenazada la libertad religiosa.
Como una forma «de detener» la represión del régimen, diversos congresistas estadounidenses, entre ellos María Elvira Salazar y Chris Smith, propusieron una nueva ley que castigue la economía del régimen. La iniciativa tiene como argumento el secuestro de los sacerdotes, como también la falta de eficacia de leyes anteriores.
Papa Francisco: crisis con dolorosas consecuencias
Por su lado, el papa Francisco mantuvo la presión al régimen. Tras el clamor durante el rezo mariano, volvió a tocar el tema de Nicaragua y la represión. Durante otra audiencia con miembros del cuerpo diplomático de la Santa Sede, el ocho de enero, el líder religioso dijo que «la situación de Nicaragua sigue siendo preocupante».
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El sacerdote comentó que «es una crisis que se prolonga desde hace tiempo, con dolorosas consecuencias para toda la sociedad nicaragüense, en particular para la Iglesia católica». En medio de esa audiencia, el papa Francisco mencionó que «insistió en la necesidad de un diálogo diplomático y respetuoso por el bien de los católicos y de toda la población nicaragüense».
El especialista consideró que «aunque suene inofensivo, que el papa califique la situación de Nicaragua como una crisis dolorosa, es importante porque él lo dijo de manera pública». «A su vez, llamó al diálogo y el régimen respondió sin demora, tenía claro que era la oportunidad, sobre todo porque no tenía nada que perder, porque esa batalla la tuvo siempre perdida», concluyó.
Por: Voces Unidas