El cronista y preso político Miguel Mendoza fue visitado por segunda ocasión en este mes de diciembre por su hija Alejandra, de ocho años. Además se permitió que cuatro de sus hermanos y un sobrino pudieran también visitarlo.
La emoción para la menor fue superior a la primera vez —el ocho de diciembre— cuando la dictadura de Daniel Ortega permitió que después de más de 500 días de incomunicación pudiera abrazar a su padre en la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), en Managua.
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«Este 25 de diciembre, para la honra y gloria de Dios, volvió a compartir —Alejandra— con él — Miguel Mendoza— y se sintió la niña más feliz del mundo», expresaron sus familiares a través de la cuenta de Facebook Miguel Mendoza.
La menor —narra la familia de Mendoza— expresó muchas veces al periodista deportivo: «papi, estoy emocionada, no puedo creer que estamos juntos nuevamente. Mi corazón está feliz, está palpitando muy rápido. ¡Te amo papi! Quiero que te vayas conmigo. No quiero dejarte aquí».
A diferencia del 2021, los familiares de Mendoza expresaron que «fue un diciembre muy difícil para la familia, porque no nos permitieron tener ningún tipo de comunicación con Miguel. Alejandra llegó a pensar que Dios se había olvidado de ella en navidad. Duele mucho verla llorar», sin embargo, este mes han podido verlo dos veces.
Cuatro hermanos y un sobrino pudieron verlos por primera vez
La Policía al servicio del régimen de Ortega permitió que por cuatro horas Miguel Mendoza pudiera compartir con su hija, su compañera de vida Margin Pozo, cuatro de sus hermanos y un sobrino, que por primera vez lo visitaron.
En la visita que duró cuatro horas, los hermanos de Mendoza pudieron abrazarlo y compartir un momento agradable en familia, ya que la última vez que lo pudieron ver había sido el 14 de junio de 2021.
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«Nos impresionamos muchísimo al verlo como está de delgadito, porque Miguel ha bajado 30 libras y no ha subido en este últimos mes», contó a Articulo 66 Ramón Mendoza, hermano de Miguel.
«A uno de nuestros hermanos se le doblaron las piernas al impresionarse cómo está, pero logramos estar con él y disfrutar ese tempo tan emotivo y entre lagrimas y oración a Dios».
«Lo pusimos al tanto del mundial, de la pelea del “Chocolate”, el cambio del nombre del Estado de beisbol y sobre todo le informamos de nuestra madre, porque es una de las preocupaciones de Miguel», agregó el hermano del reo de conciencia.
Los familiares de Mendoza pudieron llevar fotografías de su mamá y de sus hermanos, al igual que comida que pudieron compartirla y entregárselas al periodista. «Había más vigilancia y las fotografías no faltaron, pero gracias a Dios no hubo agresión ni falta de respeto», subrayó Ramón Mendoza.
Por su parte, la periodista Margin Pozo expresó que el proceso de separación ha sido «difícil, doloroso e injusto, — pero— hemos aprendido a vivir en fe y dejar todo en las mano de Dios.
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«Podemos compartir que — Dios— sí ha escuchado nuestras oraciones, ha sido testigo de nuestro sufrimiento y más el de una niña, que en estos 18 meses, solo había pedido un abrazo de su padre», agregó.
Fe en que saldrá libre
En cuanto a los más de 18 meses privado de libertad, la familia de Mendoza contó que «los días en ese encierro, sin leer y escribir, son desesperantes», ya que la dictadura sigue privándolo de ese derecho.
Sin embargo, afirman con aplomo que «nuestra fe está puesta en el Dios del universo y sabemos que el milagro de su libertad llegará pronto».
Miguel les envía muchos saludos (…) Desea que en estas fechas especiales puedan abrazar o tener comunicación con sus seres queridos. Y que ora por cada uno de ustedes, para que en su mesa no les falten los alimentos», concluyó la compañera de vida del reo político.
El periodista y crítico del régimen Ortega y Murillo fue encarcelado en junio de 2021, en medio de una cacería de dirigentes gremiales. Fue declarado culpable por los delitos de conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas, a través de leyes represivas dirigidas contra opositores. La justicia de Ortega y Murillo lo condenó a nueve años de cárcel.
Para el 31 de diciembre está programada otra visita que las autoridades policiales permitieron a los presos políticos cautivos en «El Nuevo Chipote», con motivo de las fiestas de año nuevo.