El obispo de la Diócesis de Santa Rosa de Copán, en Honduras, monseñor Darwin Andino, advirtió a sus compatriotas que deben estar «preparados» porque al igual que en Nicaragua «se viene la persecución» en contra de los ciudadanos, defensores de derechos humanos, medios de comunicación y de la Iglesia católica.
Ante la escalada represiva de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo contra los jerarcas de la iglesia nicaragüense, el líder religioso manifestó que «quiere decir que hay que estar preparados nosotros también los hondureños, hay que estar preparados porque viene la persecución».
Además, aseguró que era de «esperarse» que el régimen de Ortega-Murillo atacara a la Iglesia católica en Nicaragua y emprendiera persecución contra sus dirigentes.
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«Ya se esperaba de ese régimen, se esperaba y no se porque se habían tardado, porque ese régimen es así», subrayó el obispo hondureño a medios locales.
Asimismo, monseñor Darwin Andino denunció la expulsión de facto de las Misioneras de la Caridad, a quienes el régimen eliminó su personalidad jurídica por supuestamente no estar acreditadas por el Ministerio de Familia para funcionar como guardería, centro de desarrollo infantil u hogar de niñas o asilo de ancianos, ni tienen permiso del Ministerio de Educación para realizar el reforzamiento de aprendizaje.
Según la Asamblea Nacional, la congregación de Madre Teresa de Calcuta tampoco reportó sus activos fijos, y las actividades de su sede en la ciudad de Granada (suroeste) no fueron reportadas: hogar de niñas, comedor, guardería y reforzamiento de aprendizaje.
«Ellas no se metían en política, sino que hacían su misión, expresaban su caridad atendiendo a niños, a gente enferma, y sobre todo recuperando personas que han caído en el alcoholismo, estas son las obras que hacen estas mujeres y silenciosamente, eso llama poderosamente la atención ¿por qué ellas y no otras? sino que ellas precisamente», cuestionó el obispo hondureño.

Ortega ordena persecución contra la iglesia en Nicaragua
A inicios de mayo, la Policía había iniciado una ola de asedio contra los sacerdotes, entre ellos está el padre Harving Padilla, párroco de la iglesia San Juan Bautista de Masaya, el padre Uriel Vallejos, párroco en Sébaco, Matagalpa, así como del mismo monseñor Rolando Álvarez, este último se tuvo que refugiar en un templo de Managua tras varios días de persecución de la Policía.
En la última semana, el dictador ha emprendido una ofensiva frontal contra la Iglesia católica y sus principales líderes religiosos, quienes han sido víctimas de ataques virulentos. Igualmente, se han registrado agresiones, cárcel, persecución, asedio, profanaciones contra la misma feligresía.

Desde el miércoles, tres de agosto, la Policía orteguista al servicio del régimen mantiene rodeada la Curia Episcopal de Matagalpa, en donde se encuentra monseñor Rolando Álvarez, uno de los obispos más perseguidos por la dictadura de Nicaragua.
Organismos defensores de derechos humanos y grupos de oposición han condenado la agresión, sosteniendo que «Ortega descarga odio y venganza contra la Iglesia católica».