Durante una inspección de rutina en el subsuelo del Palacio de Tribunales en Buenos Aires, fueron halladas siete cajas de madera con documentos inéditos relacionados al nazismo: carnés de afiliación al Partido Nacionalsocialista, pasaportes, listados, fotografías y propaganda oficial del régimen de Adolf Hitler. El hallazgo, realizado en los archivos de la Corte Suprema de Justicia de Argentina, ha sido calificado como de «gran relevancia histórica» y está siendo investigado en conjunto con el Museo del Holocausto de Buenos Aires.
La documentación fue encontrada en una zona de difícil acceso, y se cree que estaba vinculada a una causa judicial iniciada en 1941. Argentina, que mantuvo una política de neutralidad durante buena parte de la Segunda Guerra Mundial, fue también un país con fuerte presencia de simpatizantes nazis y destino de varios criminales de guerra tras la caída del Tercer Reich. Entre los prófugos más conocidos que vivieron en el país se encuentran Adolf Eichmann —capturado en 1960 por el Mossad— y Josef Mengele, el médico de Auschwitz.
El 1 de abril pasado Argentina envió archivos clasificados a Estados Unidos para colaborar con las investigaciones del Centro Simon Wiesenthal sobre el Holocausto, según informó entonces el ministro de Defensa, Luis Petri.
Se estima que millas de nazis pasaron o se refugiaron en Argentina luego de la guerra.
Los casos más resonantes fueron los de Eichman, capturado en Buenos Aires en 1960 y juzgado y ejecutado en Israel; Mengele, médico conocido por sus experimentos con prisioneros, que se ocultó en Argentina y luego huyó a Paraguay y Brasil, donde murió; y Erich Priebke, responsable de la matanza de las Fosas Ardeatinas en 1944 durante la ocupación alemana de Italia.

Priebke fue arrestado en Argentina y extraditado a Italia en 1995, donde murió en 2013 en la cárcel, purgando una condena a cadena perpetua.
La presencia de este tipo de archivos en la Corte Suprema no es un hecho aislado ni irrelevante: durante décadas, sectores del poder judicial argentino permitieron que criminales de guerra vivieran impunes en el país. Pero también, con el paso del tiempo, el mismo sistema judicial argentino se convirtió en un referente regional de la aplicación de la jurisdicción universal, una figura que permite juzgar crímenes de lesa humanidad cometidos en cualquier parte del mundo, sin importar la nacionalidad de los acusados ni de las víctimas.
Este mismo principio es el que hoy vuelve a estar en el centro del debate, ya no por el nazismo, sino por la situación actual en Nicaragua, donde el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha sido acusado de crímenes de lesa humanidad por organismos internacionales y colectivos de víctimas. En abril de este año, un tribunal federal argentino aceptó una querella penal interpuesta por organizaciones de derechos humanos, víctimas y exiliados nicaragüenses, con testimonios directos sobre torturas, asesinatos, desapariciones y persecución política desde abril de 2018.

La causa, aún en etapa preliminar, podría ampliarse a otros altos mandos del régimen, y ya ha generado expectativa en la comunidad internacional. Este precedente recuerda lo que ocurrió con casos similares en Argentina y España, donde se investigaron las dictaduras del Cono Sur y también las responsabilidades por el genocidio armenio, el franquismo, o el propio Holocausto.
Así, los documentos nazis hallados esta semana en el subsuelo de la justicia argentina no sólo revelan un pasado oscuro de connivencia institucional, sino también subrayan la evolución del sistema jurídico argentino: del encubrimiento de criminales de guerra a la posibilidad concreta de juzgar a quienes hoy siguen oprimiendo a sus pueblos, como ocurre con la dictadura de Ortega.
El peso simbólico es ineludible: los mismos pasillos que ocultaron el rastro de verdugos del siglo XX son hoy los que podrían abrir la puerta para la justicia del siglo XXI, un paso que ya se ha iniciado por gestiones de abogados argentinos.
Y eso que tiene que ver con el juicio a Ortega? Ultimamente ustedes estan raritos.