Tras cumplirse un año del secuestro de monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa, opositores al régimen de Daniel Ortega y sacerdotes expresaron su admiración por el religioso y demandaron su libertad inmediata.
El cuatro de agosto del 2022, decenas de policías cercaron la Curia Episcopal donde se encontraba el religioso y le impidieron salir, confinándolo a casa por cárcel por más de 15 días.
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Tras un año de detención, el exembajador de Nicaragua ante la Organización de Estados Americanos (OEA) Arturo McFields dijo a Artículo 66 que el también administrador apostólico de la Diócesis de Estelí «luce gigante ante la pequeñez de sus verdugos».
«No han podido quebrarlo, su ejemplo de resistencia y dignidad es admirado por creyentes, ateos y agnósticos, por lo que creo que cada día que pasa, la libertad de monseñor Rolando Álvarez está cada vez más cerca», subrayó el exdiplomático.
Asimismo reiteró que es injustificado el encierro que sufre el prelado en estos 366 días, y lo calificó de criminal, ilegal y diabólico. «Sabemos que será liberado porque la justicia está de su lado y Dios es mucho más grande que el terror de una dictadura siniestra».
Por su parte, el abogado Héctor Mairena, integrante del consejo político de la Unidad Nacional y Blanco (Unab), remarcó que tras un año de encierro, la dignidad de Álvarez ha quedado demostrada.
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«Su estatura moral está propinando una derrota política y moral a la dictadura de Daniel Ortega. Es por eso que como oposición hemos demandando la liberación incondicional del obispo Álvarez y al de todos los presos políticos que hay en el país», expresó Mairena.
Además, sostuvo que la prisión del jerarca es una «expresión extrema de la persecución que sufren grandes sectores de la Iglesia católica, por predicar la palabra, por demandar el respeto a los derechos humanos y por demandar el restablecimiento a la democracia en Nicaragua».
«Hace un año la familia Ortega decidió secuestrar a monseñor Álvarez»
Por su parte un sacerdote nicaragüense, exiliado en Estado Unidos, dijo que el secuestro de monseñor Álvarez fue una decisión de la familia presidencial Ortega y Murillo, porque asegura que el religioso, «como buen sacerdote ha protegido y defendido a las ovejas».
«Monseñor denunciaba lo que había que denunciar, porque ese es parte de nuestro ministerio, porque la primera que alza la voz ante todo atropello que sufre el pueblo, es la Iglesia», afirmó el cura.
Reiteró que la detención de Álvarez golpeó al pueblo nicaragüense, «porque la dictadura es consciente que el pueblo los repudia, ellos saben que en Nicaragua no se les quiere, no porque los nicas seamos malos, sino que rechazamos la injusticia, el abuso, el maltrato y todo acto que atente contra la dignidad de los hombres».
Álvarez, encerrado en «La Modelo» y condenado a 26 años de cárcel por supuesta conspiración contra la patria, ha contado con la aceptación y respaldo de miles de nicaragüenses y de la comunidad internacional, quienes han demandado su libertad inmediata.