Países que se han mostrado «tibios» a la hora de condenar las violaciones a los derechos humanos en Nicaragua, siguen mostrándose «esquivos» a abordar con contundencia los abusos de la dictadura de Ortega, y por tal motivo no enviaron delegaciones de alto nivel a la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), dijo a Artículo 66 un exdiplomático que sigue de cerca el desarrollo del cónclave continental.
El exdiplomático que habló con Artículo 66 a condición de no citar su nombre, explicó que en un nuevo contexto regional, los países de mayor peso económico, son los que pueden decidir la balanza para conseguir una condena contundente contra la dictadura Ortega-Murillo.
Incluso, son esos países de economías fuertes los que pueden impulsar una declaración de ilegitimidad, y aprobar la resolución que propusieron Canadá, Estados Unidos, Chile, Costa Rica y Antigua y Barbuda, en la que condenan con claridad las violaciones a los derechos humanos, la supresión del estado de derechos, así como las confiscaciones y el despojo de nacionalidad a opositores.
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Sin embargo, el Estado más fuerte económicamente de la Región, Brasil, con el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva a la cabeza, presentó una resolución alternativa con la que busca bajar el tono de la condena e incluso «lavarle la imagen» al dictador de Nicaragua, y ninguno de los otros fuertes» de Latinoamérica quiere entrar en una discusión, según el análisis del exdiplomático.
Es por eso que, los gobiernos de países como México y Argentina buscan salirse por la tangente y no entrar en discusiones y mandaron a la cita diplomática continental respectivas delegaciones de rango medio, «sin peso político ni poder de decisión».
Mientras que la mayoría de los Estados miembros de la OEA están representados en la Asamblea General por sus Cancilleres, según el listado oficial de jefes de delegaciones, publicado en el sitio web de la OEA, México prefirió no enviar a nadie y dejó la participación en el más importante cónclave continental a su representante permanente, la embajadora Luz Elena Baños Rivas.
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En tanto, Brasil, que pretende imponer la resolución «lava imagen», delegó a la secretaria general de Relaciones Exteriores, María Laura da Rocha. Argentina mandó al secretario de Relaciones Exteriores, con rango de viceministro Pablo Tettamanti; y Colombia envió a la viceministra de Asuntos Multilaterales, Elizabeth Inés Taylor Jay.
El bajo rango de las delegaciones designadas para participar en la Asamblea General de la OEA coincide con la postura de esos estados de no asumir una posición crítica directa contra la dictadura Ortega-Murillo. Es claro que no quieren discutir a alto nivel el tema de Nicaragua, según analizó el exdiplomático.
No obstante, el embajador de EE.UU. ante la OEA, Francisco Mora, dijo a 100% Noticias, este miércoles, que esperan mantener la contundencia de la resolución contra la dictadura de Nicaragua.
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«Yo creo que hay consenso. Brasil está con algunas preguntas, pero creo que va a haber consenso, no va a haber voto, va a haber una presión total de la asamblea general, de los cancilleres pronunciándose, condenando la situación en Nicaragua», dijo el diplomático estadounidense en entrevista con ese medio de comunicación.
La Asamblea General de la OEA se celebra entre el 21 y el 23 de junio en Washington. Se prevé que, para el próximo viernes, día de la clausura, se apruebe la resolución sobre la situación de Nicaragua. Está por verse cuál será aprobada, si la propuesta por los cinco países o la de Brasil.