En la 53 Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) se abordará el Proyecto de Resolución sobre La crisis de Derechos Humanos en Nicaragua.
Este proyecto fue elevado al seno de la Asamblea por el Consejo Permanente, en su sesión celebrada el pasado mes de marzo.
La resolución va a pedir la liberación de Monseñor Rolando Álvarez y todos los presos políticos, abordará la desnacionalización de opositores nicaragüenses, la persecución a la iglesia y todas la violaciones a los derechos humanos en Nicaragua.
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¿Cuáles son las expectativas de la oposición nicaragüense en el exilio?
Foto de los líderes de oposición en Nicaragua
Para el excandidato presidencial Juan Sebastián Chamorro, incluir el tema de Nicaragua en una Asamblea General es un elemento positivo. «La OEA sigue atenta, preocupada y alarmada por la evolución de la represión en Nicaragua».
«La dictadura desprecia a la OEA, es una resolución importante, tenemos que tomar en cuenta que estos esfuerzos diplomaticos toman tiempo», asegura el líder de oposición.
Chamorro destaca el esfuerzo que hace la diáspora en el exilio para buscar que nuestra nación siga siendo tema de agenda y seguir «poniendo el dedo en la llaga», aunque el tiempo en la búsqueda de justicia, especialmente para las víctimas tarde más de lo que se espera.
La represión en Nicaragua incrementó después de la excarcelación de los 222 presos políticos, ahora expatriados, afirma Chamorro.
Una resolución más
En medio de una grave crisis en la región y países en víspera de elecciones, se continúa tomando en cuenta a Nicaragua.
Sin embargo, el presidente de la Fundación para la Libertad y excandidato presidencial Félix Maradiaga no ve un panorama optimista, considerando que la OEA ya dio su mayor parte de contribución con la creación del Mecanismo Especial de seguimiento para Nicaragua (MESENI).
«Para que los mecanismos de la OEA puedan surtir mayores efectos, es necesario que los Estados parte se reconozcan como actores interdependientes del sistema interamericano».
El también politólogo considera que el régimen de Daniel Ortega apuesta a constituirse en parte de un juego geopolítico bipolar, en el que Nicaragua sea considerado parte del bloque antinorteamericano, encabezado por Rusia y China.
«La gran debilidad de la OEA»
Foto de la OEA
Las resoluciones del organismo solo tienen efecto en los países que quieren seguir siendo parte del club de la democracia, asegura Maradiaga, quien además considera que si bien en la asamblea pueda darse una resolución con lenguaje fuerte, tendrá pocas implicancias inmediatas para la salida del régimen.
Países de Latinoamérica deben ser autores del cambio
En reiteradas ocasiones diversos miembros de la OEA, la Organización de Naciones Unidas y de la oposición han señalado los crímenes de Ortega, sin embargo, sus representantes no toman acciones coherentes con sus resoluciones.
Brasil tiene la intensión de bajarle la intensidad a la resolución, considera Chamorro. Maradiaga, por su parte, coincide en la preocupación que genera la incidencia de países de peso como México y Colombia, que también pretenden dejar abierta la puerta para un eventual escenario de negociación diplomática.
Ambos opositores consideran que se debe insistir en la búsqueda de una posición cada vez más firme en la OEA, aunque el panorama sea desalentador.
Nicaragüenses de la oposición en el exilio estarán en Washington durante la asamblea para hacer eco del llamado y buscar una resolución contundente y el apoyo de la mayor cantidad de países miembros de la OEA.