La represión del régimen de Ortega contra religiosos no ha cesado, esta vez se conoció de la expulsión de dos monjas de la Congregación de las Hermanas Dominicas de la Anunciata, que atendían el asilo de ancianos López Carazo, ubicado en la ciudad de Rivas.
Fuentes de la Diócesis de Granada rebelaron al medio de comunicación Despacho 505 que las religiosas expulsadas son las hermanas, de nacionalidad costarricense, Isabel y Rosario Blanco, esta última funge como directora de la Fundación Asilo López Carazo.
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«El régimen notificó este martes —11 de abril— a la Diócesis de Granada, a cargo de monseñor Jorge Solórzano, que las hermanas debían salir del país en un plazo de 72 horas», detalló el medio.
Artículo 66 conoció que las dos religiosas debían salir de Nicaragua hacia Costa Rica, la mañana de este miércoles, sin embargo hasta el momento no se ha notificado si ya logaron entrar al país vecino del sur.
Se ha sabido que el asilo de anciano está trabajando con «normalidad», pese a que su directora fue expulsada del país. Cabe señalar que, según el actuar del Gobierno de Nicaragua, este tipo de acciones vienen acompañado de despojo de personalidad jurídica y confiscaciones.
Más represión contra monjas
Esta nueva arremetida contra monjas se suma a la reciente confiscación del monasterio, propiedad de la congregación Hermanas Trapenses, ubicado en Santa María de la Paz, en San Pedro del Lóvago. La acción de la dictadura Ortega y Murillo se dio a pesar de que la asociación fue disuelta de forma voluntaria.
Las religiosas, que salieron del país el 24 de febrero, de forma voluntaria y por razones personales, señalaron que fue el Ministerio de Gobernación (Migob) quien les informó que el edificio fue entregado al Instituto Nicaragüense de Tecnología Agropecuaria (INTA).
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«El 1 de marzo se presentó ante MIGOB la escritura de cierre voluntario y el tres (del mismo mes) se presentaron las autoridades del gobierno para informar, verbalmente, a nuestro obispo —monseñor Marcial Guzmán— que ya no podían ir al Monasterio y que allí funcionaría el INTA», detalla la denuncia de las monjas.
La salida de las Hermanas Trapenses se dio en un contexto donde el Gobierno de Nicaragua ha arreciado su ola represiva contra la Iglesia católica de Nicaragua, misma que ha alcanzado a organizaciones religiosas que realizaban obras de caridad, las últimas en ser expulsada del país fueron las Hermanas de la Caridad, orden creada por Madre Teresa de Calcuta, en junio de 2022.
Pasividad de obispos de Nicaragua
Un sacerdote dijo a este medio de comunicación que «la guerra sigue en contra de la Iglesia católica de Nicaragua de manera directa (…) Nosotros no hemos hecho ninguna actividad en contra del gobierno, lo único que hacemos es denunciar la injustica y lo que atenta contra los hijos de Dios».
«La Iglesia siempre ha sido la voz de los que no tienen voz y eso nos ha costado soportar abusos, maltratos, expulsión, incluso hasta la muerte, como sucedió con Cristo que denunció a los fariseos que obligaban al pueblo a acatar órdenes que ni ellos cumplían», agregó el religioso.
La fuente hizo hincapié que la dictadura orteguista «se está aprovechando de la pasividad y el silencio de los obispos», por lo que recomendó que se debe de mantener una «posición firme y recta».
«A como lo hacía la Conferencia Episcopal de los años 80, que emitía comunicados, y así el pueblo sentía que los obispos estaban con ellos, pero con esta pasividad, la dictadura de Ortega está cobrando más fuerza y hace lo que se le da la gana», subrayó el prelado.