Las Misioneras de La Caridad, que fueron expulsadas de Nicaragua por orden del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, junto al presbítero Harvey Flores ubicaron este 22 de septiembre la primera piedra en el terreno donde construirán la casa hogar en Cañas, Costa Rica.
“Queremos compartir con ustedes la felicidad que tuvimos (…) el Presbítero Harvey Flores bendijo el terreno en el que construirán la Casa de las Hermanas Misioneras de La Caridad en Cañas, Guanacaste, en donde ellas ayudarán a todos aquellas personas de escasos recursos”, comunicó la página de Facebook, Diócesis de Tilarán-Liberia.
Luego que el pasado 6 de julio el régimen orteguista expulsara a este grupo de religiosas, monseñor Manuel Eugenio Salazar, obispo de la Diócesis de Tilarán en Liberia, Costa Rica, las recibió y las bendijo en sus labores. Dos semanas después de su llegada al país vecino, anunciaron que crearían una fundación, que contemplaría la evangelización y la asistencia a pobres.
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“Oremos por el camino que las Hermanas están por iniciar en nuestra Diócesis, para que nunca les haga falta el pan y puedan ayudar a todas aquellas personas que lo necesitan”, escribió la Diócesis de Tilarán-Liberia este jueves.
Las hermanas de la orden creada por la Madre Teresa de Calcuta trabajaban en Nicaragua en la Asociación Hermanas Misioneras de la Caridad. Fueron sacadas de Nicaragua tras la cancelación de la personalidad jurídica. La organización no gubernamental (ONG) era parte de la lista de 101 asociaciones que fueron ilegalizadas el 29 de junio por los diputados sandinistas ante la Asamblea Nacional.
Días después de su expulsión, las hermanas manifestaron a la agencia de noticias italiana Servizio de Informazione Religiosa (SIR), que su salida las tomó por “sorpresa”. “Tuvimos que salir rápidamente de nuestras casas. Nunca hicimos ningún tipo de actividad política. Salimos con un gran dolor en el corazón, dejando allí a nuestros pobres”.