El Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más condenó los abusos cometidos contra familiares de presos políticos en la reciente visita en la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ) en Managua, así como en otros centros penitenciarios del país.
«Repudiamos la práctica de desnudar a las mujeres y familiares que visitan a las personas presas políticas, porque constituye una forma de extender el método de tortura y tratos crueles que sufren quienes están privados de libertad por razones políticas», denunció la organización.
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Las declaraciones del organismo se dan luego que familiares de presos políticos cautivos en «El Nuevo Chipote» pudieron visitarlos, luego que el régimen de Ortega los privara del derecho por 84 días.
Algunos de los familiares de los rehenes de conciencia han denunciado que agentes policiales, además de obligarlos a desnudarse, les ordenaron que hicieran sentadillas (ejercicio físico). «La oficial que estuvo a cargo de eso, expresó que fue una orden por lo tanto debía cumplirla. Lo que ocurrió el sábado —20 de noviembre— fue agresión o abuso sexual, porque además de desnudarlas, también las tocaron», denunció ante Artículo 66 una fuente en condición de anonimato.
Exigen el cese a la violación de los derechos humanos
Ante esta situación, el Colectivo exigió a la dictadura orteguista «el cese de toda forma de crueldad, trato inhumano y degradante, y la libertad de todas las personas presas políticas en Nicaragua».
Por su parte, la defensora de derechos humanos Wendy Flores, integrante del Colectivo expresó a este medio de comunicación que estas acciones violatorias a los derechos humanos se suman a los actos de tortura «que comete el régimen de Ortega en contra de las personas presas políticas y es una extensión más del sufrimiento en contra de sus familiares».
Explicó que estos actos arbitrarios atentan contra la dignidad de las personas, «ya que las humillan, las hacen sentir como que no hay ningún derecho sobre ellos y ellas y cuando exigen sus derechos o los reclaman, la represalia es inmediata como se vio con la detención de uno de los familiares de Dora María Téllez —Óscar Téllez Balladares—».
Para la abogada, estos atropellos se suman a la lista que viene cometiendo el régimen de Nicaragua en contra de los presos políticos «por el ejercicio de sus derechos».
Abusos contra menores de edad
Por otra parte, Flores dijo que las acciones represivas se han extendido con los niños y niñas que visitan a su familiar en otros centros penitenciarios del país, ya que son separados de un adulto, poniéndolos en riesgo, «esto adiciona el sufrimiento del familiar que lleva menores de edad, porque los dejan en manos de funcionarios que desconocen».
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«Estas acciones ha obligado que muchos familiares decidan por razones de seguridad y de protección a la integridad física y sexual del menor, no llevarlos porque se pone en riesgo, además de los abusos y malos tratos verbales que sufren los familiares al momento de visitarlos», agregó la jurista.
Hasta la fecha, la dictadura de Ortega mantiene tras las rejas a más de 220 presos políticos, y al menos 50 están cautivos en «El Nuevo Chipote», centro de detención calificado como de tortura, en su mayoría han sido acusados y condenados por menoscabo a la integridad nacional o por delitos comunes.