Óscar Téllez Balladares, sobrino de la exguerrillera sandinista y presa política Dora María Téllez, fue detenido por la Policía este domingo, 19 de noviembre, cuando fue a visitarla al complejo policial de la Dirección de Auxilio Judicial, conocida como «El Nuevo Chipote», en Managua.
El arresto ocurrió cuando el familiar de la presa política reclamó a las autoridades de la cárcel por el abuso y humillación a los que sometieron a hombres y mujeres que asistieron a la visita familiar este fin de semana, indica el diario La Prensa.
Según denuncias de los familiares de presos políticos, los policías los obligaron a quitarse la ropa y hasta hacer sentadillas en ropa interior. El periodista y preso politico Miguel Mendoza, incluso, le pidió «perdón» a su esposa, Margin Pozo, por la situación denigrante a la que fue sometida para lograr verlo.
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«Fue denigrante y humillante. Prácticamente abusaron de nosotros y nosotras. Se me cae la cara de vergüenza. Aún sigo en shock», manifestó Pozo a Artículo 66. La joven tuvo que tomarse un tiempo en atender llamadas para superar la extralimitación que ejercieron las autoridades de El Chipote contra los parientes de reos políticos, el que calificó de abuso sexual.
«Nuestras parejas no son ni violadores, asesinos ni narcos. Y menos nosotras. Es una violación a nuestros derechos humanos», agregó.
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Se conoció que a las adultas mayores las dejaron en ropa interior y a los jóvenes los pusieron a hacer sentadillas. El sobrino de Dora María Téllez llegaba a verla después de casi tres meses de no permitirles visita familiar a ningún reo de conciencia.
Esta no es la primera vez que la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo abusa sexualmente de los familiares de los dirigentes gremiales presos en «El Chipote». En otras ocasiones también les han exigido que se retiren la vestimenta y ropa interior y los despojan de objetos de uso personal antes que vean a su familiar encarcelado. También, les toman fotos y videos cuando las familias se saludan y los han presionado para posar ante las cámaras.
El régimen autorizó la visita familiar este sábado, 19 de noviembre, y domingo 20, después de obligarlos a 84 días de incomunicación absoluta. Los presos políticos encarcelados en ese lugar han sido visto por sus familiares en once ocasiones en más de un año. La dictadura aún no permite la comunicación entre varios padres y madres presos con sus hijos menores de edad.