Monseñor Silvio Báez invitó a los empresarios a no continuar siendo cómplices de los crímenes de quienes ostentan el poder, y contribuir en la construcción de una sociedad justa y con respeto a la dignidad humana.
«Hoy hay muchos ricos como Zaqueo, que viviendo al amparo del poder político, han aumentado sus riquezas y se han hecho cómplices de los crímenes de los poderosos», deploró el prelado durante su homilía de este domingo, 30 de octubre, desde la iglesia Saint Agatha en Miami.
Tomando de ejemplo la misericordia de Jesús con Zaqueo,— a quien el evangelio describe como el jefe de los cobradores de impuestos, rico, corrupto y considerado pecador por los pobladores que decide reconocer a Jesús como su “Señor”—, monseñor Báez dijo que «hoy, a ustedes, los ricos, a los empresarios, los banqueros, los que deciden en el mundo de la economía y de las finanzas, a ustedes va dirigida esta buena noticia de salvación porque ustedes también son amados por Jesús».
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El obispo auxiliar de Managua exiliado en Estados Unidos envió el mensaje al gran capital en un contexto de convivencia entre empresarios nicaragüenses y el régimen de Daniel Ortega, que le permite a la dictadura continuar sosteniendo su represión, según denuncias; mientras en las cárceles de Nicaragua padecen más de 200 opositores y líderes gremiales, incluidos exdirigentes del Cosep.
«No podemos decir que hemos acogido a Jesús como Señor y ser egoístas e indiferente con los demás». A través del amor de Jesús «descubrirán lo triste que es una vida en donde todo gira en torno a acumular bienes y a la ganancia económica, descubrirán que se han olvidado al idolatrar el dinero de la dignidad de las personas y de su responsabilidad histórica para construir una sociedad justa y libre», añadió monseñor Báez.
«Pero, todavía hay esperanza para ustedes (los empresarios). No le teman a la represalias del poder, conviértanse a Jesús, aunque tengan que dar la mitad de sus bienes como hizo Zaqueo (…), optando, decidiéndose por la caridad, la justicia, la defensa de los derechos humanos y de las libertades de los pueblos, aunque tengan que perder la mitad de sus bienes. De este modo podrán colaborar en la construcción de una nueva sociedad, en donde se actúe con solidaridad hacia los más pobres, se respete la dignidad humana y se busque en todo el bien común y la justicia», resaltó el prelado crítico de la dictadura de Nicaragua.
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También invitó a la feligresía a «no despreciar a alguien que ha pecado, condenándolo y aislándolo, (porque) lo hundimos más en el mal en que vive y con el cual hace tanto daño a los demás y a sí mismo», en referencia a los cómplices del régimen.
«Pidámosle al Señor hoy la gracia de sentir siempre sobre nosotros la mirada misericordiosa de Jesús, para que no desesperemos a causa de nuestro pecado y también para tratar con misericordia a quienes se han equivocado», sostuvo el jerarca.
