Monseñor Rolando Álvarez expresó durante su homilía de este domingo, 31 de julio, desde la iglesia Catedral San Pedro Apóstol de Matagalpa, que «el dinero en sí mismo es bueno, y podría llegar a ser malo según el manejo y el uso que le podamos dar».
«El dinero se distorsiona cuando es un instrumento de avaricia y codicia, en el que se busca cómo atesorar cada vez más y más a toda costa, incluso llegando hasta pisotear la dignidad humana de la persona», señaló el obispo de la Diócesis de Matagalpa.
Noticia relacionada: Monseñor Álvarez insta a aferrase en la fe: «Siempre después de la oscuridad viene el amanecer»
Recalcó que la avaricia es «una especie de lógica maquiavélica, en la que el fin justifica los medios, y si el fin es sobreabundar en dinero, acumular y acaparar cada vez más dinero y bienes materiales sin importar el costo en el que también en otras ocasiones se mira como con una insensibilidad de conciencia se despala los bosques y nuestras bellas montañas que aún nos quedan como don de la creación de Dios».
«Se atenta contra la vida humana, se atenta conta el oxígeno que nos hace vivir. Definitivamente se descubre allí un maquiavelismo», enfatizó el religioso.
En alusión a la crisis política que vive Nicaragua a manos del régimen de Ortega, Álvarez señaló que «el dinero se distorsiona cuando se utiliza para el chantaje, para la coacción, para la compra de conciencia. El dinero se distorsiona cuando se utiliza para la malversación, la corrupción, el desorden».
Señala explotación al trabajador
En cuanto a la explotación laboral que se ha denunciado en muchas ocasiones en Nicaragua, el jerarca católico afirmó que «el dinero se distorsiona cuando se obtiene a costa del trabajo del obrero, del campesino, del técnico, del profesional; cuando no se pagan los salarios justos ni se dan las prestaciones sociales, cuando se utilizan subterfugios o mecanismos engañosos para no remunerar en justicia al trabajador; entonces el dinero se convierte en un instrumento de idolatría».
Noticia relacionada: Monseñor Álvarez le recuerda al régimen de Ortega que «la patria es de todos»
En cambio —señaló el religioso—, «cuando el dinero es usado para vivir con dignidad y para compartir con el más pobre, con los más necesitados; cuando el dinero se utiliza para la caridad, para la misericordia con los demás, con los enfermos, con los privados de libertad, con los huérfanos, las viudas, con los niños en la calle, con la familia que tiene hambre, sed de educación para sus hijos, necesidad de medicina para no morir, entonces —el dinero— se convierte en un instrumento de salvación».
Llama a auxiliar a los más necesitados
También llamó a los nicaragüenses a alejarse de un dinero que sea causa de división. «Cuantas veces el dinero es causa de trifulcas, de divisiones entre hermanos, con los mismos padres (…) Es ahí cuando los bienes materiales son causa de división y por lo tanto del mal».
«Pidámosles al Señor que nos aleje de caer en esas tentaciones. Eviten toda clase de avaricias porque la vida del hombre no depende de los bienes que posea», exhortó.


Monseñor Álvarez hizo hincapiés en que en una sociedad tan pobre como Nicaragua no se puede pensar en acumular bienes «cuando hay tantos que no tienen qué comer, qué vestir, que deambulan en las calles, que no tienen para pagar un médico ni comprar sus medicinas».
«Salgamos de nosotros mismos, hagamos el bien, compartamos, prestemos los servicios profesionales de forma accesible, honesta y justa. Comerciemos sin aprovecharnos de la necesidad ni del hambre, promovamos la solidaridad entre unos y otros y entonces así realmente veremos a Dios», concluyó.