Monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa exhortó al pueblo nicaragüense a trabajar en «la cultura de la verdad», con el objetivo de «buscar caminos de concordia, de fraternidad, de entendimiento, de reencuentro».
Durante su homilía de este domingo, 12 de junio, desde la iglesia Catedral San Pedro de Matagalpa, el también administrador apostólico de la Diócesis de Estelí señaló que a diario se debe de luchar por trabajar en la verdad.
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«¿Existe realmente la verdad? ¿Qué es la verdad? ¿Podemos conocerla? ¿Podemos encontrarla? A la pregunta del procurador romano cuando Jesús le revela el sentido profundo de su misión», enfatizó el prelado.
Álvarez remarcó que «el discípulo de Jesús permanece en su palabra para conocer la verdad que nos hace libres. Seguir a Jesús es vivir del Espíritu de verdad que el Padre envía en su nombre y que conduce a la verdad plena. Jesús enseña el amor incondicional de la verdad. Sea vuestro lenguaje sí, sí, no no»
«La verdad tiene que decirse con claridad»
Aludiendo al régimen de Ortega y Murillo, el religioso dijo que «solo depositando cada uno nuestra porción de la verdad y reconociendo que nadie es dueño la verdad absoluta, podremos vernos caminando juntos senderos comunes que indudablemente ayudan para el bien común en una patria donde todos alcanzamos».
«Una patria que es de todos, sin exclusión ni exclusividades es posible. La verdad tiene por nombre veracidad, sinceridad o franqueza, evitando la duplicidad, la simulación y la hipocresía», agregó.
El prelado insistió en que la verdad tiene que decirse con claridad y con caridad, «y a veces nos exige callar para esperar el momento justo, conveniente y oportuno para que el otro la acepte con serenidad».
Además, refirió que los hombres no pudieran vivir juntos si no tuvieran confianza recíproca. «La virtud de la veracidad da justamente al prójimo lo que es debido; observan justo medio entre lo que debe ser expresado y el secreto que debe ser guardado; implica la honradez y la discreción», remarcó.
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En cuanto a la cuestionada devoción religiosa que profesa la vicedictadora Rosario Murillo, el obispo exhortó en que «si decimos que estamos en comunión con Él y caminamos en tinieblas, mentimos y no obramos con forme a la verdad».
«Estar inmerso en la verdad y así en la santidad de Dios, también significa para nosotros aceptar el carácter exigente de la verdad (…) Hermanos nicaragüenses vivamos en la verdad», finalizó Álvarez.