Los estudiantes de la extinta Universidad Hispanoamericana (Uhispam) volverán a las aulas de clases el 31 de enero de 2022 en los recintos que ahora serán administrados por el Consejo Nacional de Universidades (CNU) y la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN), esta última será la encargada de emitir el título de los casi cuatro mil jóvenes afectados.
«Todo lo que fue Uhispam va a seguir funcionando desde el concepto de continuidad educativa, donde está el CNU al frente y hay todo un equipo comprometido y con entusiasmo de trabajar», fueron las declaraciones recabadas por el medio de comunicación Confidencial de la entidad al servicio del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
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Los estudiantes recibirán las clases en los mismos recintos de la Uhispam, exceptuando el campus de Jinotepe que será trasladado a la Farem (Facultad Regional Multidisciplinaria) -Carazo. Los egresados recibirán el título de la UNAN o de la Universidad Internacional Antonio de Valdivieso (UNIAV) en el departamento de Rivas.
Un estudiante consultado por Artículo 66 aseguró que los costos por mensualidad serán modificados costando 30 dólares sin distinción de carrera, representando una reducción de hasta 20 dólares. «Las mensualidades y los trámites de título serán reducidos a precios un poco más accesibles para todos los muchachos, aunque no es mucha la diferencia y los que tenían becas van a ser afectados pues igual van a tener que pagar 30 dólares cuando tal vez pagaban solamente el 80 % de la mensualidad», explicó el joven, quien pidió mantener su identidad bajo anonimato.
La universidad mantenía una línea de becas deportivas, culturales y académicas. «Dijeron que valorarían la situación de cada uno de los becados para ver si podrían continuar siendo beneficiados o serían retiradas», continuó añadiendo el universitario quien aseguró que muchos estudiantes se mostraron inconformes ante esta situación.
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El 13 de diciembre de 2021, la dictadura ordenó, a través del Ministerio de Gobernación (Migob), la cancelación de la personalidad jurídica de la universidad por supuestamente violar la Ley contra el lavado de activos, el financiamiento al terrorismo y el financiamiento a la proliferación de armas de destrucción masiva. De esta manera, miles de estudiantes quedaron en la incertidumbre.
La Uhispam era una sociedad establecida entre el opositor José Adán Bermúdez, directivo del extinto partido Ciudadanos por la Libertad (CxL), y Leonardo Torres, quien aún mantiene su cargo en el Consejo Directivo del Banco Central de Nicaragua (BCN).
