La vocera gubernamental Rosario Murillo anunció, en dos ocasiones esta semana, que su régimen prepara la nueva «Estrategia Nacional de Educación, Bendiciones y Victorias» que desde su título deja ver que se trata en realidad de una estrategia de «adoctrinamiento y propaganda sandinista» que a mediano y largo plazo provocará un severo daño al desarrollo del país, ha advertido el politólogo y opositor Félix Maradiaga.
La vicedictadora de Nicaragua dijo, el siete de mayo, que una comisión de trabajo, encabezada por la directora general del Instituto Nacional Tecnológico (Inatec), Loyda Barreda, está trabajando en una «Nueva Estrategia Nacional de Educación» que, supuestamente, tomará en cuenta todos los niveles, desde educación inicial (preescolar), la primaria en sus modalidades regular, multigrado y a distancia en el campo.
Además, la secundaria regular, a distancia en el campo, el bachillerato en línea, la alfabetización, continuidad educativa, formación docente, así como la educación técnica, de artes y las universidades en todas las modalidades.
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Según Murillo, en la nueva estrategia, supuestamente se definen «ejes y lineamientos» que serán «consultados a nivel nacional», en los llamados «congresos “A 45 años de victorias, más triunfos de la educación”» que estarán realizando con miras a la celebración del próximo 19 de julio.
Educación para modelo totalitario
Para el politólogo y exreo político Félix Maradiaga, esa reforma a la estrategia de educación anunciada por el régimen Ortega-Murillo, representa un claro retroceso en el desarrollo del país y una «afrenta a los derechos fundamentales de los niños y jóvenes».
El opositor advierte que la reforma educativa que impulsa el matrimonio dictatorial, es «un paso más hacia el modelo totalitario de la dictadura».

Asimismo critica que el régimen «maquilla estadísticas» para mostrar mayor número de estudiantes dentro del sistema educativo y apunta que, la calidad educativa ha resultado en un colapso en los indicadores de aprendizaje, como ha sido el caso de la lecto-escritura y matemáticas en todos los niveles.
«La estrategia de saturar el sistema educativo sin invertir adecuadamente en infraestructura y recursos humanos ha demostrado ser un fracaso evidente», señala el dirigente opositor.
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Asimismo, recuerda que, tal como ha venido denunciando hace varios años, tanto desde el Instituto de Estudios estratégicos y Políticas Públicas (IEEP), como desde el Foro Educativo Nicaragüense (Eduquemos), «el régimen sandinista ha empleado una estrategia propagandística despiadada, para ocultar la realidad y promover un modelo educativo populista que prioriza la adulación de la figura de los Ortega-Murillo sobre el verdadero desarrollo académico y cognitivo de los estudiantes».
«La politización extrema del sistema educativo, incluyendo la glorificación de los Ortega-Murillo en los textos escolares, revela una clara intención de utilizar la educación como herramienta de adoctrinamiento político en lugar de como un medio para el empoderamiento ciudadano», advierte Maradiaga.
El politólogo insiste en que esa estrategia anunciada por Murillo es reprochable en todos los aspectos, sobre todo porque es una «manipulación política del sistema educativo», y su falta de compromiso con el verdadero desarrollo humano y social, demuestran un «desprecio flagrante por los derechos fundamentales de la población y un obstáculo significativo para el progreso de la nación».