El informe Estado de la Democracia en Nicaragua 2021 concluye que, durante el 2021, en Nicaragua «continuó el deterioro de las libertades civiles y políticas como la libertad de expresión, manifestación y asociación». El documento de la Fundación para la Paz y la Democracia (Funpadem) recoge que ese deterioro se «agravó» con la aplicación de la Ley de Ciberdelitos, Ley de Soberanía y Ley de Regulación de Agentes Extranjeros, todas aprobadas a finales de 2020 por la aplanadora sandinista en la Asamblea Nacional.
Con dichos instrumentos jurídicos «se inhibieron las candidaturas presidenciales, apresaron y/o asediaron a personas consideradas opositores políticos del Gobierno, y se han cancelado las personalidades jurídicas de más de cuarenta organizaciones de la sociedad civil. Las instituciones públicas carecen de capacidad para ejercer contrapesos al Poder Ejecutivo», detalla el informe.
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La Encuesta Socioeconómica de Propósitos Múltiples 2021 (ESPM), incluida en el documento, explica que las personas con «mayor confianza» en el Estado tienen una percepción más favorable de la situación de derechos humanos, del estado de las libertades civiles y de la validez y confianza de las elecciones de noviembre de 2021, que aquellos con menores niveles de confianza, lo cual refleja una sociedad polarizada. «Las personas consideradas de la oposición son quienes ven limitado los derechos a manifestarse, a la reunión pacífica y a la libertad de expresión, entre otros derechos», subraya.
Una Nicaragua polarizada
La investigación alerta sobre el incremento de personas con «poca tolerancia política» y el aumento de personas tolerantes con acciones a favor de la autocracia, un modelo que ha venido consolidándose en Nicaragua desde 2007, año en que el caudillo sandinista asumió el poder tras las elecciones presidenciales de 2006. El 12.2 % de las personas consultadas tiene un nivel de conocimiento bajo sobre la democracia, y el 34 % de los nicaragüenses tiene un nivel de conocimiento medio.
«Entre las personas con un alto nivel de confianza en el Estado, un mayor porcentaje considera que el país es democrático (77.1%), en comparación con personas con un bajo nivel de confianza en el Estado (18.1%). Al mismo tiempo, entre las personas con un alto nivel de confianza en el Estado, la mayoría está satisfecha con la democracia (77.8%), respecto a quienes tienen baja confianza en el Estado (18.3%)», detalla Funpadem.
El estudio recomienda que se debe comenzar a trabajar sobre un estado democrático y consolidarlo, esto sería a través de la coordinación una ruta de trabajo que considere acciones específicas y coordinadas para lograr romper con los ciclos de violencia y autoritarismo en Nicaragua.