Agentes policiales del régimen que interrogaron al opositor Nelson Lorío entre la noche del 20 de abril y el miércoles 21 le insinuaron al opositor que el régimen está dispuesto a «pagar» por su silencio para que «olvide» el caso de su hijo Teyler Lorío, el bebé que fue asesinado en los brazos de su padre, Nelson, el 23 de junio de 2018.
Los padres del menor señalan como responsables del crimen a policías y paramilitares, quienes fueron los que ejecutaron la represiva llamada «Operación Limpieza» con la que la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo respondió a las protestas sociales.
Lorío fue secuestrado por un grupo de paramilitares la noche del martes, 20 de abril ,cuando intentaba, junto con otros seis opositores, realizar un piquete de protesta conmemorando el tercer aniversario de la insurrección de abril, en las cercanías de la Empresa Nicaragüense de Alimentos Básicos (Enabas), en Managua. Los paramilitares lo entregaron vendado a una patrulla policial que trabajaba coordinada con los civiles armados y lo llevaron a las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial, conocida como El Chipote.
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El padre de Teyler contó a Artículo 66 , luego de salir de El Chipote la mañana de este 22 de abril, que durante los interrogatorios diferentes agentes de la policía intentaron «comprarlo» para que deje de exigir justicia señalando como culpable a las fuerzas policiales.
«Cuando estaba en El Chipote, varios policías empezaron a decirme que tenían una investigación que demuestra que no fue la Policía la culpable de la muerte de mi hijo, me enseñaron un video donde se oye una voz que dice: “tírenle al niño, tírenle al niño», supuestamente de los protestantes y hasta me dijeron que tenían dos videos más como pruebas. Yo les dije que me mostraran esos otros videos pero no me los enseñaron, además me enseñaron un expediente que dicen que es de la investigación donde está toda la verdad sobre la muerte de mi hijo», dijo el opositor.

Según el papá de Teyler, una vez que los policías le aseguraron que tenían esa supuesta investigación, se lanzaron con la oferta de comprar su silencio, diciéndole que pidiera lo que quisiera para olvidarse del caso.
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«Los policías me dijeron que pidiera lo que quisiera: “qué querés para sentirte bien, que pedís para que no te sintás mal por la muerte de tu hijo y dejés eso ahí (en el olvido)», me dijeron los policías, pero yo les respondí que lo que quiero es que se haga una verdadera investigación, que se sepa toda la verdad y que haya justicia», dijo Lorío.
El bebé Teyler Lorío tenía apenas 14 meses y 16 días de nacido cuando fue asesinado de un disparo en la cabeza, mientas era llevado en brazos de su padre que lo iba a dejar a la casa de sus abuelitos para luego irse a trabajar.
En diversas declaraciones a medios de comunicación nacionales e internacionales, tanto la mamá del bebé, Karina Navarrete, como el padre, han coincidido en el relato de la forma en que fue asesinado su hijo.
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Nelson iba «chineando» a Teyler, al lado caminaba Karina. Cuando transitaban por una de las calles cercanas de la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli), en el barrio Américas Uno, donde estaban atrincherados los protestantes, apareció un grupo de paramilitares y policías del régimen que empezaron a disparar. Uno de los tiros alcanzó al bebé en su cabeza y murió casi de forma instantánea.
Los padres del menor fallecido han insistido en denunciar que el disparo salió de una de las armas que portaban los policías que bajo las órdenes de Daniel Ortega y Rosario Murillo reprimían a los protestantes.