Información: Xavier González
Las dos fuerzas sindicales más beligerantes del partido Frente Sandinista, la Central Sandinista de Trabajadores (CST) dirigida por el exdiputado y hasta ahora también marginado de las esferas el poder, Roberto González; y el Frente Nacional de los Trabajadores (FNT), dirigido por el incondicional operador político de la pareja presidencial, Gustavo Porras, están enfrentadas y evidencian que la crisis en el partido sandinistas puede tornarse insalvable. Así lo ve el disidente sandinista y general retirado del Ejército, Hugo Torres Jiménez.
En un video que círculo el fin de semana pasado en las redes sociales, se escucha a Roberto González, ante sandinistas afiliados a la CST, en un discurso desafiante, esgrimiendo argumentos altisonantes y llamando insistentemente a la unidad del sandinismo para enfrentar el proceso electoral del 2021.
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Ese llamado insistente a la unidad solo explica que hay división, que hay un proceso de descomposición dentro de las filas del sandinismo, explica el general retirado. Incluso, González emplaza a Porras a darle la cara, mientas sus simpatizantes gritan que el presidente de la Asamblea Nacional les “tiene miedo”.

“Ya dejémonos de babosada y de andar buscando pretextos y cuentos para no encontrarnos, para no hablar claro y para juntarnos todos y hacer un solo esfuerzo, compañeros. A Gustavo (Porras) se le dijo que hoy estaba esta asamblea aquí ¿Por qué no está Gustavo aquí? ¿Por qué no está Luis Barbosa aquí?”; se preguntó a gritos Roberto González, al tiempo que sus colegas de la asamblea respondían también a gritos: “Nos tiene miedo, nos tiene miedo”, y otro expresó que fue “por no enfrentar la verdad”.
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“¿Por qué no está Domingo Pérez aquí?, preguntó González, en seguida un tercer hombre responde desde el público: “(Por que) son cobardes”.
Torres considera que desde que el fallecido comandante sandinista Edén Pastora habló públicamente en un programa de televisión oficialista, de la necesidad de relevo generacional en la dirigencia del FSLN ante la innegable realidad de que Daniel Ortega un día va a morir, las pugnas por liderar grupos dentro de ese partido, se han incrementado. “Muchos cuadros tratan de estar visibles ante su líder, para ser ungidos con alguna cuota de poder y por eso están llamando la atención y conformando grupos que buscan quedar bien posesionados ante una ‘partida física’ de Ortega”, considera el general retirado.

“Aquí estamos cumpliendo con la orden de Daniel. Mañana no salgan diciendo babosadas, mañana no salgan lloriqueando que somos nosotros los que andamos promoviendo la división en el Frente Sandinista. Ya estamos probados, ya lo demostramos, nadie nos puede pelar la cara. Aquí está la verdadera militancia del Frente Sandinista”, siguió la arenga de González.
Llamado desesperado a la unidad y denuncia atropellos
Como parte de su perorata contra la facción Porras, Roberto González denunció amenazas y atropellos de parte de la cúpula que controla el poder. “Aquí no puede seguir habiendo la amenaza, el atropello, el despido arbitrario, la violación de las leyes, los acuerdos a que hemos llegado. No tenemos ninguna intención de confrontar, no estamos aquí para confrontarnos, estamos aquí para decirle a nuestro líder máximo, Daniel (Ortega), aquí sigue nuestra clase trabajadora fajada. A pesar de todos los problemas, aquí estamos. Y los problemas entre nosotros se resuelven sentándonos entre nosotros, se resuelven hablando entre nosotros. Se resuelven cumpliendo entre nosotros acuerdos y compromisos. De eso es que se trata, compañeros. Mañana que no digan otra cosa. Porque estamos siendo claros, honestos, transparentes y sinceros aquí”, dijo el dirigente sindical buscando mostrar fuerza y obediencia a la vez, ante su jefe partidario.
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“Le pido entonces a Gustavo, dejémonos de cuentos, Daniel dio una orden, cumplamos esa orden, y la orden es sentarnos para trabajar por la unidad y garantizar la victoria, compañeros”.
En su afán por hacerse visible frente su jefe político, González reconoce las pugnas que tienen con los otros grupos que actualmente están protegidos por la estructura partidaria. “¿Diferencias? Podemos tener diferencias, sin lugar a dudas. pero en dos cosas no podemos tener diferencias, compañeros, dos. En la unidad del sandinismo y en el respeto y cumplimiento de los derechos de los trabajadores y de nuestro pueblo”, expuso González en un tono de denuncia y súplica.
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“Esas peleas, esas luchas por figurar, esas contradicciones, son evidencias que al sandinismo ya no se le puede llamar partido, es una organización en decadencia. Es evidente que la salud de Daniel (Ortega) es precaria y poco a poco va perdiendo facultades para dirigir el sandinismo y Rosario Murillo va copando todos los espacios de poder junto con su gente y es por eso que grupos sandinistas que solo le son fieles a Daniel pero no le son leales a Rosario, están tratando de ser ungidos por Ortega, en eso está Gustavo Porras y otros que son muy cercanos al matrimonio Ortega-Murillo, pero hay otros como Roberto González, que solo son cercanos a Daniel y ahí está la pugna”, analizó el Hugo Torres, un disidente sandinista que actualmente es parte de las estructuras políticas del Movimiento Renovador Sandinista (MRS).