Agresiones a obispos y sacerdotes, profanaciones de templos, campañas de desprestigio y limitaciones a la libertad religiosa. El régimen orteguista ha multiplicado sus ataques a la Iglesia católica a medida que la jerarquía eclesiástica tuvo un papel más beligerante en la defensa de los derechos humanos en los territorios y su papel en el primer Diálogo Nacional.
Para el teólogo Moisés Mercado, las figuras de obispos como Silvio Báez, Rolando Álvarez y Juan Abelardo Mata jugaron un papel importante para que el Diálogo Nacional no tuviera el rumbo que el régimen quería, es decir, enfocarse en la parte económica y no en la efectiva democratización del país.
“Hubo sacerdotes que realmente estuvieron en las trincheras, donde se exponía la vida. Los sacerdotes de Masaya Edwin Román, Pedro Mendez y Augusto Gutiérrez. Estos salían a las calles en medio de las balaceras, pedían personas secuestradas por la Policía e incluso cuidaban de aquellos que habían sido retenidos por el pueblo”, recalcó el teólogo.
Luego de la suspensión del Diálogo Nacional debido a la cerrazón del régimen de Ortega a no avanzar en la agenda de democratización, inició una virulenta campaña orquestada por el gobierno de Managua en redes sociales contra la Iglesia católica, sus obispos, sacerdotes y religiosas.
En particular, el régimen orteguista acusó a la Iglesia de estar parcializada. La campaña mediática se han ensañó contra el obispo auxiliar de Managua, Silvio José Báez, -quien confirmó recientemente que estuvo amenazado de muerte-, pero también contra monseñor Rolando Álvarez y monseñor Juan Abelardo Mata, obispos de Matagalpa y Estelí, respectivamente.
Al menos tres Diócesis nicaragüenses reportaron desde junio de 2018 ataques de personas afines a la administración de Ortega, que van desde amenazas de muerte a sacerdotes, amenazas a emisoras católicas locales, pintas en las paredes de iglesias, profanación de las sagradas formas y acoso en redes sociales.
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En la Diócesis de León, el domingo 10 de junio, se reportó la profanación del sagrario de una capilla de la periferia de la ciudad de León. El obispo Bosco Vivas se refirió al hecho en una homilía realizada en la catedral de León, el propio día de conocerse el hecho sacrílego. “Esto que está haciendo el demonio (refiriéndose a la profanación de la capilla San Miguel Arcángel y a la situación actual del país) yo lo veo, casi físicamente lo veo, son los coletazos últimos del diablo furioso en Nicaragua, la victoria está cercana. La victoria ¿cuál es? la que Dios tiene señalada para su pueblo. Yo no soy el que voy a decir cuál será la victoria de Dios, pero me someto a la voluntad de Dios, la que quieras Señor que sea tu victoria, pero que se apresure por el bien de tu pueblo”.
En el norte del país, la Diócesis de Matagalpa denunció esa misma semana por medio de una carta que habían personas a través de redes sociales tratando de empañar la labor de los sacerdotes de la Diócesis en cuanto a la mediación de conflicto. La acusación era la misma que hacen los adeptos del régimen, la supuesta “parcialización” de la Iglesia.
“Hemos verificado una campaña de calumnias y manipulación hacia nuestro trabajo, expresada en catalogarnos como parciales, como si hemos estado haciendo un rol de políticos de oposición”, denunciaba el clero de Matagalpa.
El sacerdote Vicente Martínez, de Ciudad Darío, fue encañonado por encapuchados con fusiles AK (armas de uso exclusivo de la Policía en Nicaragua) en un camino rural, su vehículo registrado y amenazado no solo de muerte, sino también con amenazas de quema de la casa cural y de la emisora católica local.
“Vos sos la próxima víctima. Andate con los pasos bien contados”, manifestó el sacerdote que le dijeron los encapuchados. El obispo de Matagalpa, junto con el clero, repudió públicamente los hechos.
En la Arquidiócesis de Managua, las parroquias de San Cristobal (Managua), San Miguel (Masaya), San Juan Bautista (Masatepe), Santa Catalina (Catarina), Nuestra Señora de Lourdes (Managua) y recientemente La Primavera (Carretera Norte) han denunciado ataques. El arzobispo Leopoldo Brenes manifestó que el acoso y la intimidación del gobierno no detendrán la labor de la Iglesia. “Las amenazas no detendrán la labor profética de los obispos y sacerdotes de nuestra Arquidiócesis”, enfatizó el arzobispo en un comunicado en las redes sociales.
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Para el teólogo Mercado, la valentía de la Iglesia católica le ha valido persecución por haber optado estar con quienes sufrían la represión gubernamental. “Como intelectual y teólogo protestante valoro el trabajo de la iglesia católica como excelente y coherente con los valores éticos propuestos por Jesús en el evangelio. En estos momentos no solamente fue oposición a quienes están en el poder, sino que estuvo de parte del pueblo crucificado, la iglesia católica pasó de la compasión al compromiso con los oprimidos”, destacó el teólogo laico.
La estrategia del descrédito contra monseñor Báez
Uno de los ataques más fuertes a la Iglesia lo sufrió el obispo auxiliar de Managua, Silvio José Báez, recientemente forzado a un “exilio” en Roma por una decisión explícita del papa Francisco. El jerarca católico desde el primer momento del estallido de la crisis sociopolítica, denunció la represión de las fuerzas de seguridad del régimen orteguista.
Esto valió una creciente campaña de acoso en redes sociales por parte de fanáticos orteguistas, que lo acusaban de “azuzar” las protestas contra el régimen orteguista. La maquinaria mediática orteguista también hizo lo suyo, repitiendo una estrategia deslegitimadora de las posturas del obispo; que ya había sido usada contra otro religioso crítico del gobierno autoritario de su país en su momento: Monseñor Óscar Arnulfo Romero de El Salvador.
“El Gobierno de Ortega repite y copia contra el obispo Báez las técnicas utilizadas por la ultraderecha salvadoreña contra el pronto nuevo santo, monseñor Romero, que terminaron en su asesinato. De hecho, acusan a monseñor Báez de ser la ´cabeza de la subversión´ y ya ha recibido varias amenazas de muerte”, afirmó José Manuel Vidal, vaticanista español y director del influyente portal de noticias católicas ReligionDigital.com

Por su parte, el periodista venezolano Rixio Portillo, experto en temas eclesiales, destacó que Báez ha sido referente moral de los nicaragüenses desde su llegada como obispo auxiliar de Managua en 2009.
Asimismo, manifestó que el hecho que Báez no conociera el primer gobierno sandinista de la década de los años 80 lo hizo no estar comprometido con el régimen de turno, instaurado en 2007.
“No hay una filiación, de Monseñor Báez hacia ningún lado, ni siquiera contra Daniel (Ortega) o por las primeras causas que luchó Daniel Ortega. Eso hace que sea un personaje neutral que entra a la escena del juego con un talante moral que lo diferencia de otros que están en la escena pública. Ahí que la persecución contra Báez, porque no puede sacársele algo o sembrarle duda a la población sobre su postura (pastoral)”, recalcó Portillo.
Para el analista, la transparencia y la postura moral que ha asumido monseñor Báez en defensa de los derechos humanos ha hecho que el prelado esté en la mira del régimen orteguista. “Creo que monseñor Báez, insisto, ha sido muy valiente. Otros podrían tomar otras posturas. Decir, ´vamos a bajarle el tono; vamos a buscar una manera de cohabitación con el régimen´ que se ha dado dentro de las estrategias políticas en la Iglesia y no fue así. Prefirió el camino de la denuncia profética porque es sensible al sufrimiento de la gente”, señala el periodista.
Para Portillo, que los nicaragüenses admiren el talante profético del obispo Báez no es ninguna sorpresa; debido a que en situaciones de represión e intimidación contra la población, se tiende a mirar a aquellos personajes que dicen lo que uno, como ciudadano de a pie no puede decir.
“Es una cosa que yo me veo reflejado en aquel que dice lo que yo no puedo decir o simplemente, es la voz que puede ser más escuchada porque la mía está siendo silenciada. Ahí es dónde monseñor Báez se creció en opinión pública aunque personalmente vemos que él es una persona sencilla, sensible y humilde”, detalla Portillo, quién enfatiza que es un personaje fundamental para entender a la Iglesia nicaragüense durante la última década.
El “exilio forzado” de Báez
Consultado sobre el reciente traslado de Báez –por orden expresa del papa Francisco, a Roma-, y como culmen de una campaña sistemática de acoso perpetrada por el régimen en su contra; el analista en temas religiosos Rixio Portillo dijo que ya existen precedentes de obispos que han sido obligados a salir de sus diócesis debido al peligro que supondría para sus vidas permanecer en la misma.
Portillo enfatizó en el caso del obispo cubano Eduardo Boza Masvidal, quien fue forzado al exilio cuando desempeñaba el cargo de obispo auxiliar de La Habana por el régimen comunista de Cuba en 1961, y que reculó en la Diócesis de Los Teques de Venezuela; dónde tras su fallecimiento se le abrió un proceso de beatificación.

“Durante los años de inicio de la revolución de los Castro, año 61, en Venezuela había un obispo de apellido Masvidal que era auxiliar en Cuba y tuvo que salir al exilio; y fue a dar, por cosas de la vida, a la Diócesis de Los Teques (Maracay, Venezuela). Una cosa muy curiosa de él es que no renunció nunca a su cargo de auxiliar, nunca aceptó otro cargo. En Venezuela alcanzó varios puestos pero nunca claudicó en el llamado que Dios le hizo como auxiliar de La Habana”, subrayó Portillo, quien manifestó que este es un caso de como las dictaduras persiguen a la Iglesia.
Según el analista, el obispo auxiliar de Managua recoge la herencia de los obispos latinoamericanos que han luchado por la justicia. “Yo creo que Monseñor Báez es heredero de este recorrido de obispos en Latinoamérica que se oponen a la violación de derechos humanos y acompañan al pueblo en sus sufrimientos”, finalizó el experto.
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