La crisis sociopolítica que atraviesa el país, a raíz de los conflictos iniciados el 18 de abril, tras las protestas en contra de la dictadura de Daniel Ortega, ha afectado drásticamente la economía, principalmente de los negocios artesanales.
En el barrio indígena de Monimbó existen decenas de talleres, algunos de talabartería o trabajos en cuero. Estos pequeños negocios todavía no se estabilizan, pese a la insistencia gubernamental de que “todo está normal” en la ciudad de las flores, desde que desmontaron los tranques a punta de balas.
“Nada está normal, la crisis actual ha afectado drásticamente a las fábricas dedicadas a trabajar en cuero, los negocios de talabarterías no venden como antes. Las ventas han caído en un 70%, difícil que se mejore a corto plazo y peor en estos últimos meses que es cuando, normalmente, se bajan las ventas. Solo imagínese, en años anteriores las ventas y producción de este rubro se ponían malas para estas fechas, ahora es el triple de malo”, afirmó Martín Humberto Méndez, dueño de la fábrica “El potro sin freno”.
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Méndez tiene 27 años de trabajar en la fábrica de monturas y otros accesorios que se producen con cuero. Este pequeño empresario ve con amargura la situación de su ciudad, después que la policía y los grupos paramilitares del Gobierno ejecutaron el “plan limpieza” y se hicieron con el control de los barrios.
“No hemos parado de trabajar ni aún con las protestas y los tranques, pero es obvio que todo lo ocurrido ha afectado las ventas, porque nuestros mayores clientes son del norte del país, donde han sufrido seriamente la crisis actual y no han podido invertir como antes. Tal es el caso que nos hemos visto obligados a reducir personal, pasé de siete a tres trabajadores (en su taller)”.
Sergio Aburto, otro talabartero de Masaya comentó que “desde el pasado mes de abril hasta el día de hoy, he vendido cuatro monturas. Esto está pésimo, para mí ha bajado en 98 por ciento las ventas. Nunca habíamos experimentado esta situación”.
Sin tranques pero sin dinero
“Cuando estaban los tranques no trabajábamos tranquilos por el peligro de los morteros, ahora que no están, seguimos en lo mismo, porque ahora no hay billete y el temor de los clientes es cada vez mayor, porque no se sienten seguros; lo peor es que la materia prima sube y nos vemos obligado a mantener los precios, para no perder la venta”, lamentó Aburto.
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Según Edison López, trabajador de la talabartería “La montura”, los precios de las albardas y otros productos varían de acuerdo al vendedor, pero han tratado de no subirlos, y así preservar a los pocos clientes. “Los precios de las monturas oscilan entre cinco, ocho y hasta 12 mil córdobas. Pero hay monturas especiales que cuestan mil dólares, las cuales solo clientes adinerados pueden adquirirlas, pero por el momento ni ellos las compran”.
Clientela nacional
Para Sergio Aburto Gaitán, propietario de la fábrica “Aburto talabartería”, los turistas no entran a Monimbó desde el pasado 18 de abril, aunque la mayor clientela es nacional. “El turista extranjero no es nuestro mayor cliente, pero son importantes, porque de una u otra manera ayuda a que nuestros productos sean conocido en otros países, pero nosotros no vivimos del turismo, lo que más nos ha afectado es la clientela nacional, y si el país está afectado, la crisis aumenta, porque este producto no lo compran todos los sectores, es reducido su consumo”, manifestó.
Edison López aduce que las ventas bajaron en un 80%. “Vamos queriendo avanzar, pero podés ver que hoy no trabajamos, las ventas están malas, laboramos con los pocos encargos que nos hacen, porque encargos fuertes no tenemos, pero esperemos en Dios que se mejore esta situación y que si vienen turistas, nos ayuden a comercializar todo el producto estancado”.
“Si ´el hombre´ sigue en el poder nos vamos a pique”
“La ventas están malas, y por más que le echemos ganas, no saldremos de la crisis si ´el hombre’ (Daniel Ortega) sigue en el poder, nos iremos en picada y cuando miremos, volveremos a los 80. Lo peor es que tenemos que decir que estamos bien, porque si decimos lo contrario, ya nos tildan de enemigos y peor de terroristas, pero la realidad es que cada día vamos de mal en peor. Todo Monimbó es luchador, aquí hay zapaterías, talabarterías, fábricas de canastos, carpinterías, y otros más, pero si sigue la represión nos iremos a la quiebra” dijo una fuente, con solicitud de anonimato.