Masaya es la ciudad número uno de Nicaragua en la fabricación de hamacas de manila. Muchos artesanos establecen negocios familiares, improvisando sus casas como talleres, para ejercer esta labor. Sin embargo, desde el pasado mes de abril, cuando iniciaron los conflictos sociopolíticos en el país, la producción y venta de hamacas ha tenido una caída estrepitosa.
“La situación está difícil, la crisis en el país ha afectado grandemente la venta de hamacas, que ha bajado en su producción hasta un 25%, y peor aún, porque no hay turistas que vengan a comprar, es por eso que sólo trabajamos con encargos nacionales y algún pedido que sale hacia Panamá, pero confiamos en Dios que esta situación se estabilice, para obtener mejores resultados en la economía”, afirmó Héctor Fuentes, artesano y propietario de la fábrica de hamacas “Rastafari”.
Para el artesano Héctor fuentes, con 24 años de estar en este negocio típico, uno de los principales problemas que ha afectado la producción de hamacas, es el incremento del precio en la materia prima. “El hilo es lo primordial y principal para elaborar hamacas, pero éste (hilo para hamacas) aumentó en un 7% su valor, antes costaba 36 córdobas la libra, ahora se compra en 41, lo que nos ha obligado a variar los precios, y eso nos afecta, porque los clientes quieren precios favorables”.
Quema de casas de la familia Suazo destruyó su taller
El taller de hamacas de la familia Suazo tenía 66 años en el negocio. El taller es una herencia de tres generaciones. Primero doña Juliana López, fallecida en el año 2010 y posterior don Ramiro Suazo, quien murió en el 2012, ambos dejaron el legado a sus hijos y nietos. Sin embargo, el pasado miércoles 4 de julio, la tragedia invadió a esta laboriosa familia, cuyas casas fueron calcinadas tras un voraz incendio, cuando encapuchados fuertemente armados, llegaran a la vivienda de don Wilfredo Suazo, padre del preso político Yubrank Suazo. El fuego alcanzó a dos viviendas.
“Las ventas decayeron desde que iniciaron los conflictos en el país, ya no entraban turistas y los clientes en el exterior ya no hacían los pedidos con la frecuencia de antes, pero empeoró más y decayó en un 80% cuando fuimos víctimas de la quema de nuestras casas. El foco principal era mi cuñado Wilfredo, pero nuestras casas también fueron quemadas, teniendo pérdidas de más de 30 mil dólares” dijo Guadalupe Urbina, propietaria de la fábrica de hamacas “Ramiro Suazo”.
Guadalupe Urbina de Suazo afirma que ha sido muy difícil reponerse de las cuantiosas pérdidas económicas que tuvieron con la quema de sus viviendas. “Nosotros hemos estado luchando por salir adelante, pero ya nada es como antes, perdimos mucho material, teníamos encargo de un cliente de España, pero, producto del incendio, sólo cumplimos con la mitad. Eso fue una pérdida enorme. Actualmente trabajamos solo por encargos, el último pedido que entregamos, fue el 12 de septiembre, donde se confeccionó 150 hamacas, después de eso, solamente se venden una o dos hamacas en la semana, que son a solicitud de algunos clientes”.
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La familia Suazo, afirma que han luchado por mantener los precios y evitar que las ventas se caigan más. “Los costos los hemos mantenido, las de asiento cuestan 600 córdobas, montañeras 800, matrimonial 1400 y las extra familiar cuestan 3400, también fabricamos hamacas personalizadas y es más, decidimos innovar en otro concepto, llamado: “creaciones Gul,”, que consiste en piezas intimas de vestir, hechas con manilla, tal vez esto nos ayude a mejorar las ventas”, confió Guadalupe Urbina.
Caída del turismo afectó la economía de artesanos
Según otros propietarios de fábricas de hamacas, la falta de turistas, ha sido un factor fundamental en la caída de las ventas. “Para este mes venían las excursiones, nosotros nos preparábamos con los encargos y hacíamos hamacas de diferentes estilos, para que los clientes extranjeros compararan nuestros productos, pero ahora ya nadie quiere venir al país y menos a Masaya, por la inseguridad que sienten las personas. Antes venían turistas de países como Estados Unidos, España, Panamá, hasta de Japón, pero actualmente han cancelado sus viajes, lo cual nos afecta sobremanera”, aseveró un informante que habló bajo condición de anonimato.
La crisis sociopolítica, ha afectado seriamente a muchas familias artesanas que se dedican a la fábrica de hamacas; sin embargo, otros productores han tomado la opción de dedicarse a la exportación de este producto para evitar más pérdidas. “Gracias a Dios a mí no me ha afectado mucho la situación actual, pues me dedico a la exportación, tengo un módulo en el mercado de Artesanías, pero mi mayor clientela es en el extranjero, lo más triste es que a otros colegas no les va como ellos quisieran, sin duda la están sintiendo, pero con la ayuda de Dios siguen luchando y estoy seguro que saldrán de esta mala racha”, enfatizó otro producto de hamacas al por mayor, que tampoco refirió su nombre.