El Ministerio de Salud (Minsa) de Nicaragua, en un machote de informe repetitivo en donde solo cambia la cifras semanalmente, reconoce en su más reciente comunicado que comprende del tres al 10 de agosto 398 casos positivos de COVID-19; con estas estadísticas la entidad deja en evidencia un nuevo repunte del virus aunque no lo reconoce como tal.
La institución de salud sigue sin comunicar sobre la circulación de nuevas cepas en Nicaragua, mientras que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) se mantiene preocupada ante una mayor circulación de la variante Delta a nivel mundial. Países del istmo centroamericano, como Costa Rica, Panamá, El Salvador; ya han detectado la presencia de esa cepa en los casos reportados.
El Minsa continúa insistiendo que solo hubo una víctima mortal por el virus en siete días, pese al aumento acelerado de contagios por coronavirus. «En la presente semana hubo un fallecido de forma atribuible a COVID-19 y se presentaron otros fallecimientos en personas que han estado en seguimiento, debido a tromboembolismo pulmonar, diabetes mellitus, infarto agudo al miocardio, crisis hipertensivas y neumonías bacterianas», resalta el comunicado.
Con estos cifras, el Minsa reconoce en total 10,251 casos por contagios de coronavirus y 197 muertes por la pandemia desde que dieron a conocer el primer caso, el 18 de marzo de 2020.
«Pico pandémico», según expertos independientes
Mientras tanto, el Observatorio Ciudadano COVID-19, en su informe que comprende del 29 de julio al cuatro de agosto de 2021, indicó que hubo 278 nuevos casos y 50 fallecidos asociados a la pandemia del coronavirus.
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El equipo interdisciplinario manifiesta que el Minsa ha mantenido un incremento porcentual de casos positivos por coronavirus de entre el 5.8% y el 15%. Esta tendencia al incremento se ha mantenido por 15 semanas consecutivas.
«Paradójicamente, la mortalidad sigue reportándose en solo una persona fallecida por semana. Basados en la información reportada por el Minsa se puede concluir que en el país seguimos viviendo un pico pandémico, tal como está ocurriendo en otros países vecinos centroamericanos y en el mundo entero», señalan los especialistas.
A su vez, los especialistas reiteran su demanda a la institución sanitaria para que informe los resultados de las investigaciones relativas a la circulación de variantes de preocupación en el país, considerando que su circulación ha sido confirmada en los países vecinos.
OPS en alerta por nuevas variantes
A nivel mundial, hasta la fecha se han identificado cuatro variantes de SARS-CoV-2, las variantes Alfa, Beta, Gamma y Delta, que han sido clasificadas como «variantes de preocupación», según los reportes de la organización. Las nuevas cepas aumentan la transmisibilidad de la enfermedad y disminuyen la efectividad de las actuales medidas que no están hechas para su prevención.
La organización de la salud recomienda revisar los planes de preparación y pide a los países que se preparen ante un eventual aumento de casos y hospitalizaciones por coronavirus. Actualmente, los casos globales de COVID-19 superaron hasta la fecha los 200 millones de contagios.
Carissa Etienne, directora de la OPS, resaltó este 11 de agosto durante una conferencia de prensa virtual que no hay camino de recuperación para ningún país mientras sus vecinos sigan siendo vulnerables y las variantes circulen y se multipliquen.
Por su parte, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo persisten en promover actividades a nivel del territorio nacional en donde la aglomeración de personas es inevitable. Cabe mencionar, que pese al llamado de la Arquidiócesis de Managua a no celebrar las procesiones en celebración a Santo Domingo de Guzmán, para evitar grupos numerosos que pongan en riesgo la salud de la feligresía por el COVID-19, el gobierno de turno hizo caso omiso y prosiguió en Managua con esta celebración acompañados de una réplica, en donde se observó que quienes participaban no tomaron las medidas de prevención recomendadas por la OPS.
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El régimen Ortega-Murillo continúa ignorando los llamados de la OPS a brindar información fidedigna del desarrollo de la pandemia en el país y a no centralizar los datos para que la entidad internacional de salud pueda ayudar a controlar la propagación del virus en Nicaragua.