El ocho de setiembre coinciden dos fechas que tienen mucha significación en Nicaragua. Un día como este nació en Matagalpa Jorge Salazar, empresario, líder emprendedor, y valiente demócrata quien fue asesinado por la Seguridad del Estado del régimen sandinista el 19 de noviembre de l980 en una vieja gasolinera en El Crucero mediante una conspiración para eliminar a uno de los principales dirigentes del sector privado y líder antisandinista.
Un ocho de setiembre, pero en 1943 fue ejecutado en Praga por las fuerzas de la Gestapo Julius Fucick, escritor, periodista, crítico y antifascista en cuyo honor se estableció en 1938 el Día Internacional del Periodista y quien dejó como legado varios escritos que luego se convirtieron en un libro de obligatoria lectura de los hombres y mujeres de prensa y que se tituló, Reportaje al Pie de la Horca.
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Posiblemente, muchos de los nuevos empresarios desconozcan que su día rememora a un verdadero líder que no cedió ante el poder ni los halagos ni las amenazas y entregó su vida por enfrentar una incipiente dictadura que aún se mantiene, como también entre los noveles periodistas no tengan idea de las torturas y terrible muerte de Fucick .
En 1984, el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) integrado por empresarios convencidos que había que luchar unidos y firmes contra la dictadura crearon este día en homenaje a su líder y de alguna manera tratan de mantener una organización cada día más numerosa y sólida, pero desafortunadamente en la última década, carente de contenido y de fortaleza, a pesar, que al igual que la mayor parte de este pueblo, se encuentran al pie de la horca.
Al pie de la horca, también están decenas de periodistas reprimidos, amenazados, hostigados, y acosados que no solo sufren de un creciente y doloroso desempleo, sino del acecho constante y las amenazas al libre pensamiento y la pluma que reclama libertad.
Son hechos muy distintos, pero la afinidad se observa en el objetivo común de los anhelos de libertad, porque quien no conoce la historia cometerá los mismos errores que impiden reconstruir esta nación a pesar de la sangre de los caídos, no solo en esta última insurrección cívica, sino de quienes, como Jorge Salazar, siguen siendo objeto de conspiraciones, crímenes, confiscaciones, persecuciones y amenazas a su vida y la de sus familias.
Al pie de la horca se encuentra este país porque aún vegetan personajes que pretenden seguir con las componendas y subterfugios que tanto daño han causado a este pueblo