A menos de dos semanas de su destitución como rectora de la UNAN-Managua y presidenta del desaparecido Consejo Nacional de Universidades (CNU), Ramona Rodríguez reapareció este lunes, 20 de mayo, encabezando un nuevo espacio creado por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo: el llamado Centro de Incubación de Emprendimiento Universidad «La Sandino», una figura ambigua, sin respaldo jurídico conocido ni claridad sobre su naturaleza institucional, financiamiento o adscripción administrativa.
Rodríguez fue removida de sus cargos el pasado 8 de mayo, cuando fuentes confirmaron a Artículo 66 que ya no se le permitió el ingreso a las oficinas del CNU ni a la rectoría de la UNAN-Managua. Su exclusión ocurrió en medio de una reestructuración total del sistema de educación superior, que culminó con la eliminación del CNU.
Al acto inaugural de este centro asistió Camila Ortega Murillo, hija de la pareja dictatorial y figura que en los últimos años ha sido impuesta como representante del régimen en actos públicos vinculados a cultura, juventud y emprendimiento. Camila —quien en eventos oficiales suele ejercer como asistente personal de Rosario Murillo, sosteniéndole los documentos que lee en público— fue presentada como directora de la Comisión de Economía Creativa y Naranja, una instancia creada por el régimen para promover su discurso de “economía familiar y emprendedora”. Su participación central en este evento, en representación directa del poder, le agregó aún más confusión a la estructura y propósito del centro, dada su injerencia en temas que incluso se traslapan con un nuevo Ministerio de Economía Creativa, instaurado tras la desaparición del MEFCCA, sin delimitar funciones entre las múltiples estructuras creadas.

El acto se desarrolló en las antiguas instalaciones del CIPRES, un centro que dirigió el exasesor presidencial Orlando Núñez Soto, cuya personería jurídica le fue cancelada el pasado tres de abril de 2025 y que se ubica sobre la Avenida Universitaria, en Managua. El nuevo centro que dirigirá Ramona Rodríguez fue presentado como un evento de “restitución de derechos”. Sin embargo, no tiene definición legal pública, ni ha sido integrado formalmente al sistema nacional educativo. A pesar de ello, figuras del régimen —como la alcaldesa de Managua, Reyna Rueda, y la ministra de la Juventud, Darling Hernández— lo llamaron “nueva universidad”, generando aún más confusión.
A la ceremonia asistió también la rectora de la Universidad Casimiro Sotelo, Dania Hernández, lo que refuerza las dudas sobre si este nuevo ente depende de esa universidad —erigida sobre los bienes confiscados a la Universidad Centroamericana (UCA) de los jesuitas— o si operará como un órgano paralelo, bajo control directo del Ejecutivo.

Durante la actividad inaugural, Rodríguez anunció que el centro comenzará clases el próximo 23 de julio, Día Nacional del Estudiante, con una matrícula inicial de mil personas. Según su intervención, el espacio ofrecerá 54 cursos y talleres sobre emprendimiento, innovación, administración, marketing y tecnologías, bajo el discurso de “economía creativa y familiar” promovido por el régimen.
No obstante, el la dictadura sandinista no ha detallado si este centro está adscrito a alguna universidad estatal, ni si sus programas tienen acreditación oficial. Tampoco ha informado sobre el origen de los fondos, el personal académico o el mecanismo de certificación que validará los cursos ofrecidos.
«La Monchita» represora
Ramona Rodríguez fue una de las funcionarias más leales al régimen durante los años de mayor represión universitaria. Bajo su liderazgo, el CNU se convirtió en un instrumento de control político, anulando la autonomía universitaria, avalando la expulsión de estudiantes y docentes críticos, y participando en la confiscación de universidades privadas y católicas.
En 2021, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos la sancionó, señalándola como parte del aparato represivo del régimen. Su destitución el pasado 8 de mayo fue abrupta y silenciosa, sin explicaciones públicas, pero fuentes confirmaron a este medio que se le restringió el acceso incluso a los recintos que hasta entonces dirigía. Ahora, el régimen la reubica como coordinadora de un nuevo proyecto creado expresamente para mantenerla en la estructura, sin aclarar si tiene rango universitario, si emitirá títulos válidos o si contará con presupuesto estatal.