El muralista nicaragüense Vink Laguna se siente «abrazado» por Guatemala, país que lo acogió tras ser excarcelado por el gobierno de Daniel Ortega, pero tiene un sentimiento «agridulce» al pasar a ser un desterrado.
Ortega liberó el jueves por «razones humanitarias» a 135 presos políticos, entre ellos Laguna, quienes fueron trasladados a Guatemala gracias a la mediación de Estados Unidos.
Noticia relacionada: Muralista nicaragüense excarcelado se siente «abrazado» por Guatemala
El artista de 28 años cuenta a la AFP que fue detenido en la ciudad norteña de Estelí el 22 de noviembre de 2023 mientras pintaba un mural de la ganadora del concurso Miss Universo, la nicaragüense Sheynnis Palacios.
La victoria de Palacios desató las mayores movilizaciones en las calles de Nicaragua desde las protestas de 2018, en las que ella participó y que sacudieron al gobierno sandinista. La esposa de Ortega, la vicepresidenta Rosario Murillo, acusó a la oposición de tratar de sacar provecho político por el triunfo de Palacios en el certamen de belleza.
Cuenta que fue arrestado durante la celebración por la coronación de Palacios, pues portaba una bandera de Nicaragua, un símbolo «antigubernamental» para Ortega, con el escudo de cabeza y con la frase «No más dictaduras».
La Miss Universo 2023, Sheynnis Palacios, arribó a Costa Rica por segunda vez para participar en la gala de coronación de Miss Universe Costa Rica 2024 que se realizará este 10 de septiembre en el Centro Internacional de Convenciones.
Noticia relacionada: Copropietario de Miss Universo confirma que Sheynnis Palacios viajará a Nicaragua
Palacios coronará a la nueva representante de la belleza costarricense y que representará al país en el certamen Miss Universo, que se realizará el 16 de noviembre en México.
El copropietario de Miss Universe, Raúl Rocha Cantú, aseguró que Palacios visitará Nicaragua antes de entregar la corona. «Sin lugar a dudas, está dentro de toda la agenda que tiene el que pueda estar también en Nicaragua y compartir con los nicaragüenses», dijo.
El régimen de Daniel Ortega y de Rosario Murillo ha convertido a Nicaragua desde el año 2023 en un país que ejecuta destierros en masa de sus ciudadanos
Los gobernantes considerados dictadores por sus abusos y su permanencia en el poder con el uso de las armas de policías y paramilitares, han perfeccionado una maquinaria represiva que persigue, secuestra, tortura y expulsa a sus ciudadanos, ante la indiferencia de una comunidad internacional que no pasa de «tibios» comunicados de críticas y condenas.
Lo que comenzó como una campaña para silenciar a la disidencia, ha evolucionado en una política de Estado, calificada por organizaciones de derechos humanos locales y del exterior como un crimen de lesa humanidad, que ha dejado a miles de nicaragüenses sin patria, ni derechos ciudadanos y lo peor, enviados a sobrevivir en el extranjero, lejos de sus familias.
«Son acciones graves, estas personas se encuentran en una vulnerabilidad extrema», califica Carolina Jiménez de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos, WOLA (por sus siglas en inglés). Para la activista, la comunidad internacional debería de darle al régimen una respuesta que frene ese tipo de agresiones contra los derechos humanos.