El presidente de Brasil, el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, finalmente reveló en qué quedó la mediación en favor del entonces encarcelado político, obispo católico Rolando Álvarez, y es que el dictador Daniel Ortega nunca quiso atenderle las llamadas telefónicas, razón por la cual ahora el mandatario del país suramericano tampoco quiere saber de su homólogo ideológico nicaragüense.
Durante un encuentro con corresponsales extranjeros, con quienes abordó el tema del obispo Álvarez, que estaba preso y condenado a más de 26 años por delitos inventados, el presidente Lula reveló que el tirano nicaragüense no le atiende el teléfono desde junio de 2023, cuando se hizo público que el papa Francisco le pidió que intercediera en favor del líder religioso encarcelado por la dictadura nicaragüense.
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«Él (el papa Francisco) me pidió que conversara con Ortega sobre un obispo que estaba preso», explicó Lula a los periodistas de agencias y medios internacionales.
«Lo concreto es que Ortega no me atendió el teléfono y no quiso hablar conmigo. Entonces, nunca más hablé con él», dijo tajante el líder del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil.
Para el mandatario de la mayor economía de Sudamérica y uno de los principales integrantes de las economías emergentes, agrupadas en los BRICS, es lamentable que eso ocurra con «un tipo que hizo una revolución como la que Ortega hizo para derrocar a Somoza».
La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo sigue utilizando el erario, que sale de los impuestos de cada uno de los nicaragüenses, con fines políticos partidarios. Alcaldías, universidades, institutos, ministerios y empresas estatales reportaron, a través del Sistema de Contrataciones Administrativas Electrónicas (Siscae), compras de miles de camisetas, gorras y banderas «alusivas a la Revolución».
Artículo 66 comprobó que las alcaldías, institutos, ministerios, empresa y universidades públicas, solo las que reportaron sus compras en el Siscae, gastaron 2,851,551 córdobas en la adquisición de 10,781 camisetas, que se usaron para la conmemoración del 45 aniversario de la Revolución Sandinista, a la que fueron obligados a participar los trabajadores públicos.
Las compras también incluyeron, en ocho de los procedimientos, compras que sumaron la adquisición de 1,840 gorras, 730 banderas o banderines, 1,100 bufandas y 300 pañoletas.
Los datos se extrajeron de un análisis de datos realizado por este medio de comunicación a 34 procedimientos de compras, reportados en junio y julio, por 10 alcaldías, 4 universidades, 4 empresas estatales, 2 institutos, un ministerio y un centro.
Cabe mencionar que, 10 de los procesos de compras, aunque ya habían completado el plazo para su adjudicación, seguían bajo la categoría de «evaluación» o «vigente», misma en la que no se comparten datos sobre qué se compró, a quién se le adjudicó y por cuál monto.
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Daniel Ortega otorgó, una vez más, plenos poderes a su hijo y asesor para inversiones, comercio y cooperación, Laureano «El Chiqüin» Ortega Murillo, esta vez para que, en nombre del régimen firme el inicio de lo que proyectan como un acuerdo sobre comercio y cooperación con el régimen satélite de Rusia en la república de Belarús, y también otorgó plenos poderes al director de Aduanas de Nicaragua para firmar otro acuerdo de cooperación aduanera con ese país.
Mediante el acuerdo presidencial 111-2024, publicado en La Gaceta, Diario Oficial, número 132, el tirano otorga «plenos poderes» a Laureano Facundo Ortega Murillo «en calidad de asesor presidencial para la promoción de las inversiones, comercio y cooperación internacional para que, actuando en nombre y representación del Gobierno de la República de Nicaragua, suscriba la «hoja de ruta del desarrollo de la cooperación económica comercial entre la República de Nicaragua y la República de Belarús».
Laureano «El Chigüin» Ortega, quien es visto como el primero en la línea de sucesión de la dinastía sandinista, después de su madre, Rosario Murillo, ha recibido antes varios «plenos poderes» para representar a su padre en la firma de acuerdos comerciales con Rusia y China.