El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo continúa con sus «desesperados» intentos por minimizar la importancia que tiene abril para la oposición nicaragüense, un mes en el que, hace seis años, más de 350 personas fueron asesinadas en protestas cívicas que exigían la renuncia inmediata de la pareja dictatorial.
Con 89 votos a favor y cero en contra, la Asamblea Nacional, controlada en su totalidad por el gobierno sandinista, aprobó una iniciativa con «carácter de urgencia» para que abril fuera nombrado como «mes de la paz» y consagrado como «patrimonio del pueblo».
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En la sesión, celebrada este lunes, ocho de abril, el diputado orteguista Carlos Emilio López afirmó que la Constitución Política del país reconoce que «la paz, la independencia, la soberanía y la autodeterminación son derechos del pueblo, irrenunciables, inalienables, inviolables y sacrosantos del pueblo, que ningún imperio, poder fáctico, sea este ideológico, mediático, económico o de otra naturaleza, pueden violentar».
«En abril del 2018, los malos hijos de la patria, obedientes al imperio, quisieron destruir este modelo de paz, justicia social, desarrollo humano y centrado en las personas, las familias y la comunidad que se construye en Nicaragua. Quisieron destruir la libertad religiosa que existe en Nicaragua», dijo López, obviando que la pareja gobernante ha impuesto el terror y ha desatado una cacería feroz contra toda persona que se exprese en contra de sus designios.
El diputado orteguista tampoco menciona a los centenares de miles de nicaragüenses que han tenido que salir al exilio, forzados por la persecución del Estado, o que a los miles que han sido encarcelados, desterrados, desnacionalizados o impedidos de ingresar a su propio país, incluyendo a miembros de la Iglesia católica y evangélica.
De igual manera, Roberto Vivas Villalobos, diputado del Partido Liberal Constitucionalista, respaldó la iniciativa legal, ya que considera que «la paz para los nicaragüenses debe ser todos los días del año».
«Es evidente que en esta Asamblea Nacional existe pluralismo político. Es evidente que todos aprobamos esta iniciativa de ley, porque es beneficio para la población, para nuestra paz interior y para la paz como ser humano», declaró el funcionario.
Ya existían otras «efemérides»
En 2023, la dictadura orteguista consumó su decisión de declarar el 19 de abril como el «Día Nacional de la Paz», fecha en la cual se conmemora el aniversario de la Insurrección Cívica de Abril de 2018, cuando los jóvenes y la población protestó en las calles contra el régimen y este respondió con violencia, garrotazos y balazos.
Por medio de La Gaceta No. 66 del 18 de abril del año pasado, fue publicada la Ley No. 1148, que declara el 19 de abril como «Día Nacional de la Paz». Con esta acción, se hacía oficial las intenciones de la dictadura de «ocultar» sus crímenes y desviar la atención hacia otras actividades.
En ese entonces, la vicedictadora dijo en uno de sus discurso repetitivo de odio, transmitidos en los medios oficialistas, que en las protestas de hace seis años «nos quisieron interrumpir; nos llenaron de sangre, de fuego, incendiaron hospitales, clínicas, centros de estudios, pero no pudieron ni podrán».
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Con el nuevo nombramiento del «mes de la paz», se contabiliza un total de tres intentos en los que el régimen desea rebajar el significado del 19 de abril para el pueblo nicaragüense. La primera vez fue cuando instituyó el «Día Nacional del Deportista», en honor al fallecido tricampeón mundial de boxeo, Alexis Argüello.
Cada 19 de abril las entidades deportivas, los centros de enseñanza y las alcaldías municipales deberían realizar eventos en homenaje a los deportistas del país, como una «prueba» de que ese día es digno de «celebración» y «alegría». Sin embargo, activistas políticos, defensores de derechos humanos y la comunidad internacional ignoran estas acciones del gobierno sandinista y, al día de hoy, continúan exigiendo justicia por las víctimas de la represión.