La vicedictadora de Nicaragua, Rosario Murillo, dio muestras, una vez más, de su buen manejo del discurso de odio y arremetió en insultos contra la Organización de Estados Americanos (OEA), a la que llamó, desde «estercolero» hasta «basurero de América», en respuesta de su régimen al anuncio hecho por la organización regional de que conformarán un «grupo de voluntarios» para seguir monitoreando la crisis política de Nicaragua.
Tras hablar de la supuesta paz que su dictadura ha impuesto a balazos en Nicaragua y de amor cristiano, en los primeros segundos de su alocución diaria a través de los medios de la propaganda oficialista, Murillo, soltó una andanada de insultos, primero contra la oposición política nicaragüense a la que tildó de «serviles chupasangre», y luego contra la OEA.
«Aquí estamos, caminando el mes de la paz, Nicaragua en paz. Aparentemente hay a quienes no les gusta la paz. Serán vampiros, serán chupasangre. Se alimentarán de sangre, de dolor, del sufrimiento», expresó Murillo.
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Para la vicedictadora de Nicaragua, quienes se oponen a la supuesta paz que que ha impuesto su régimen a punta de balas, represión, cárcel y destierro no tienen otra calificativo: «chupa sangre de los pueblos, son vividores, viven de la sangre de los pueblos», dijo Murillo, refiriéndose a los opositores nicaragüense.
Arremete contra la OEA
Este miércoles la OEA anunció que ponía fin al Grupo de Trabajo sobre Nicaragua, una comisión para dar seguimiento a la crisis que vive el país, conformada por el organismo en el 2018, a raíz de las protestas sociales que la dictadura aplacó a sangre y fuego, dejando al menos 355 personas asesinadas, según datos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Sin embargo, este mismo día, la organización regional anunció que procederá a conformar un nuevo grupo de trabajo «voluntario, abierto a la participación de todos los Estados miembros» y mediante este mecanismo seguir monitoreando la crisis en el país centroamericano.
El anuncio provocó una ácida reacción por parte de la segunda al mando de la dictadura nicaragüense, quien no escatimó en epítetos para atacar a la organización diplomática continental.
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Murillo dijo que su Gobierno desconoce la resolución, de la que llamó «innoble e impronunciable OEA» y que desconoce su incidencia puesto que no pertenecen a esa organización, a la que también acusó de «promover el dominio imperialista de los Estados Unidos».
«Nicaragua exige respeto a nuestra determinación soberana y a los centenares de miles de héroes y mártires que las agresiones imperiales de todo tipo han dejado en nuestro sagrado territorio, exigimos respeto a la sangre derramada», sentenció Murillo, que no pide respeto también para la sangre derramada por órdenes de ella y de su esposo Daniel Ortega, a partir de abril de 2018.
Palabras seguidas, la vicedictadora aseguró que ignora a «los serviles, los que desde el espacio contaminado y ensangrentado, pretenden violentar nuestros derechos, libertades soberanas, cuando en sus propios territorios cometen crímenes de lesa humanidad», acusó, refiriéndose a los estados miembros de la OEA.
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Murillo también tachó a la organización continental de «basurero de las Américas». La acusó de «pésimo y nefasto ejecutor de las obsesiones imperialistas de ocupación, invasión e interferencia en nuestros países, contra nuestros pueblos y contra la paz y la vida».
Y para cerrar su discurso cargado de odio, la esposa del dictador Daniel Ortega tildó a la OEA de «organización decrépita y mortuoria», que no convoca a su gobierno, porque, según dijo, ellos siguen «luchando contra el yanqui enemigo de la humanidad».
«Así nos pronunciamos contra la permanente injerencia del basurero de la historia», finalizó.