Los embajadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) prometieron que mantendrán «especial atención» sobre los derechos humanos en Nicaragua, según quedó consignado en una resolución que el pleno de este organismo continental aprobó este miércoles, ocho de noviembre.
El cónclave resaltó en su documento que la dictadura de Daniel Ortega seguirá obligada a respetar los derechos humanos, a pesar de que el régimen denunció la Carta de la OEA y el país saldrá de la organización el próximo 19 de noviembre, justo cuando se cumplen los dos años de haber solicitado el retiro.
La resolución Medidas Consiguientes a la Denuncia de la Carta de la Organización de los Estados Americanos por la República de Nicaragua fue aprobada por consenso de las 32 delegaciones. También fueron agregados dos pie de página, por parte de El Salvador y Brasil.
«Es importante que le demos un mensaje al pueblo de Nicaragua que no seguirán solos», expresó el presidente del Consejo Permanente, Richard Sanders, embajador de Antigua y Barbuda.
La preocupación de Costa Rica
Antes de continuar tratando los demás temas de la reunión, los representantes de los países pidieron la palabra para expresar su opinión con respecto al tema de Nicaragua. La primera en hacerlo fue la embajadora de Costa Rica, Alejandra Solano, quien señaló que la decisión de Nicaragua «ha suscitado preocupación y cuestionamientos».
«Reiteramos nuestra profunda preocupación por las violaciones a los derechos humanos en Nicaragua y las decisiones arbitrarias e ilegales que se realizan en perjuicio de sus propios ciudadanos y de las organizaciones no gubernamentales, de los centros de educación y contra miembros de la Iglesia Católica», puntualizó Solano.
La diplomática también destacó que con base en los criterios emitidos por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la denuncia de la Carta de la OEA «no exime a Nicaragua de sus demás obligaciones legales, particularmente en lo que respecta a los tratados interamericanos de derechos humanos ratificados y no denunciados».
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Como respuesta ante las observarciones de la embajadora de Costa Rica ante la OEA, Sanders aclaró que si bien Nicaragua, el próximo 19 de noviembre, dejará de ser parte de la organización, las consultas jurídicas realizadas por la Presidencia del Consejo Permanente dan cuenta de que eso «no anula las otras obligaciones legales, de las que es responsable, en virtud de su ratificación de otras convenciones interamericanas, particularmente aquellas que promueven la defensa de los derechos humanos».
La decisión de la dictadura de abandonar la organización se basó en supuestas y «constantes actitudes injerencistas» de la OEA, relacionadas a la aprobación de resoluciones referidas a la crisis de Nicaragua en las que se condenaron los atropellos del régimen y se declaró la ilegitimidad de las elecciones de 2021.
Brasil espera un «diálogo» con la dictadura
La postura del gobierno brasileño es que no ayuda tener un «tono crispado» para buscar un diálogo con la dictadura de Daniel Ortega, y que ayude a reducir el número de violaciones a los derechos humanos que existen en el país.
Brasil «lamentó» la salida de Nicaragua de la OEA y dijo que está de acuerdo en seguir monitoreando lo que sucede en el país. Aunque en su intervención evitó los comentarios negativos al gobierno de Ortega.
Benoni Belli, embajador del país sudamericano, pidió no aplicar sanciones a Nicaragua. «No somos indiferentes a la situación política que se vive en ese país, pero también quisiéramos reiterar que debemos trabajar de la manera constructiva en relación a los pasos a dar, puesto que no pensamos que deberíamos tomar medidas punitivas en contra de Nicaragua», manifestó.
Belli recalcó que «debemos pelear contra la pobreza, debemos defender todos los derechos humanos y la dignidad humana. Y esto nos permitirá también poder defender la democracia». Añadió que también espera que Nicaragua «pueda volver pronto» y que los países recuerden «los beneficios de ser miembros de la OEA».
Las críticas de las otras naciones
El embajador de Uruguay ante la OEA, Washington Abdala, cuestionó duramente que la OEA discuta este asunto «solo desde el punto de vista jurídico», sin hablar de lo que realmente pasa en el país.
«Hay dos teorías siempre en estos asuntos. Está la teoría de lo jurídico, pero igualmente hay algo supra-jurídico con valor más relevante que hace a este paraguas gigantesco que son los derechos humanos. Acá el debate es si el señor Ortega se sale con la suya y se va del Sistema Interamericano», recalcó Abdala.
«Si lo que en definitiva estamos resolviendo hoy es la victoria de la huida del señor Ortega, entonces no es una buena sesión, es una mala sesión». Agregó que el tema del régimen de Ortega es algo que no tiene que ver con la ideología política «ni de izquierda, de derecha. Es algo esencial como la defensa de la vida, y no de uno, ni dos, ni diez, sino de cientos de nicaragüenses».
El diplomático uruguayo cuestionó todas las violaciones a los derechos humanos del régimen de Nicaragua. Los muertos, los presos políticos y los ataques a las instituciones religiosas y sociales. «Ese es el señor Ortega que hoy dice que se desvincula del organismo. Y nosotros simplemente le damos el curso jurídico. No, señor Ortega, no se va a ir tan fácil de la defensa de los derechos humanos en el continente. No debe ser tan simple, y si fuera así hablaría muy mal de nosotros».
No obstante, el embajador de Uruguay dijo que espera el regreso de Nicaragua a la OEA. «Estoy de acuerdo con que vuelva y que oiga lo que tiene que oír. Porque si va a venir para que tengamos solo sesiones diplomáticas protocolares y le hagamos ‘buu’, no va a alcanzar. A veces a los dictadores hay que decirles en la cara lo que son y que lo sepa todo el mundo», puntualizó Abdala.
El embajador canadiense, Stuart Savage comentó que enfrenta la salida de Nicaragua de la OEA con «tristeza y decepción». «Canadá cree firmemente en el multilateralismo y en las instituciones, por lo que deploramos la decisión tomada por el gobierno de Nicaragua». De igual manera, se comprometió a seguir «denunciando los ataques en contra de la democracia y la libertad de expresión y dando voz a aquellos que «han sido silenciados».
La delegación de Estados Unidos también cuestionó las violaciones a los derechos humanos y dijo que es importante señalar a los «responsables por las violaciones a los derechos humanos y por el desmantelamiento de la democracia en el país», finalizó.
El artículo 143, el cual invocó la dictadura Orteguista para retirarse de la OEA, establece que transcurridos dos años a partir de la fecha en que la Secretaría General reciba una notificación de denuncia, la Carta cesará en sus efectos respecto del Estado denunciante, y este quedará desligado de la organización después de haber cumplido con las obligaciones emanadas de la Carta.