Tras 15 años de mantener al mismo embajador en EE.UU, Francisco Campbell, el segundo periodo más largo en la historia de las relaciones diplomáticas entre Nicaragua y la potencia del norte, Daniel Ortega finalmente bajó a nivel de encargado de negocios su contacto diplomático con Washington y para hacerse cargo de ese puesto llamó a Mauricio Lautaro Sandino Montes, uno de sus ases, un «viejo zorro» de su diplomacia y sobre todo, un leal a ciegas.
Sandino Montes fue acreditado por el Departamento de Estado de EE.UU, como el nuevo jefe de la misión diplomática de Nicaragua en ese país desde el pasado seis de febrero, según información oficial, pero fue dado a conocer hasta este siete de marzo.
Viejo zorro de la diplomacia sandinista
Es conocido simplemente como «Lautaro», por sus colegas o conocidos en el Ministerio de Relaciones Exteriores (Mirex). Es una ficha veterana de Ortega en materia de relaciones internacionales, y sobre todo, lo tienen entre los leales a la pareja presidencial.
Aunque no se conocen muchos datos personales de Sandino Montes, sí se sabe que es un sandinista que viene viajando como diplomático de Ortega desde su primer periodo en el poder en los años 80.
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El propio Lautaro se encarga de dar a conocer que para inicios de los años 80 ya realizaba viajes como enviado de las relaciones internacionales de la Juventud Sandinista.
En una dedicatoria póstuma en homenaje al fallecido exembajador sandinista Mario Barquero, escrita en el sitio web de La Primerísima, uno de los medios al servicio de la propaganda oficialista, Sandino Montes expone que, para 1984 realizaba giras por los países nórdicos como enviado de la JS-19-J promoviendo acciones de solidaridad para la revolución sandinista. En el escrito, el diplomático de Ortega se declara defensor de la revolución.
«En esa época (años 80), la guerra yanqui contra nuestro país seguía en aumento y trabajábamos para defender la Revolución, tanto como ahora», dice Sandino Montes destacando su fidelidad a la dictadura represiva que ha subyugado en dos momentos al país en los últimos 40 años.
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En 2007, con el regreso de Daniel Ortega al poder, fue llamado de inmediato a trabajar en el Minrex. Fue designado a la Dirección de Organismos Multilaterales. Hizo parte del equipo nicaragüense que gestionó y logró que el excanciller de Nicaragua de los años 80, Miguel D’Escoto fuera electo como presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas en el año 2008. Fue una maniobra propagandística para exaltar la diplomacia de Ortega.
En 2010, fue nombrado Embajador ante la Unión Europea, y ese mismo año, lo designaron para desempeñarse simultáneamente como embajador ante el Gobierno del Reino de Bélgica, con sede en Bruselas. Esos dos cargos los ostentó hasta el 2020.
Paralelamente, entre 2012 y 2013, fue designado como embajador concurrente ante la República Checa. Además, simultáneamente fue representante ante la UNESCO del 2011 al 2016.
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En 2019, Ortega lo designa como su representante ante el gobierno de Polonia en 2019 y en 2023 lo envió a la República Democrática Federal de Etiopía en el 2023. Ese mismo año, y de manera simultánea, Sandino Motes fue nombrado por Ortega para desempeñarse como «asesor presidencial para Políticas y Relaciones Internacionales».
En Etiopía estaba cuando Ortega decidió colocarlo como su ficha ante la diplomacia estadounidense. El dictador tiene un grupo de diplomáticos a los que suele nombrar en muchos cargos al mismo tiempo. El selecto grupo en el que los funcionarios ostentan cuatro o más embajadas, ha sido etiquetado por Artículo 66 como «los superembajadores». Lautaro ha estado en esa élite.