Después de estar detenida por casi 10 meses en Estados Unidos, la periodista Joselin Montes podrá «comenzar de cero» en el país norteamericano, ya que la orden que la amenazaba con ser deportada fue cancelada. Este viernes, 23 de febrero, la nicaragüense fue puesta en libertad y se logró reencontrar con aquellos que la ayudaron a través de este proceso.
Luego de esperar por unos días, sus familiares y los miembros de la Defensoría Nicaragüense de Derechos Humanos (DNDH) recibieron a la periodista en las afuera de un centro de detención de Georgia, a donde había sido trasladada desde Miami. En un video divulgado en las redes sociales, fue grabado el momento en que el grupo de nicaragüenses la recibieron y, a pesar de decirle «no llores», Montes no logró evitar las lágrimas.
En una entrevista con el medio La Prensa, la periodista agradeció que «un juez de este país me dio la oportunidad de salvaguardar mi vida», ya que «en Nicaragua lo que me esperaba era la prisión, tortura y muerte, porque eso es lo que receta la dictadura».
Además, expresó que «estoy muy agradecida con Dios, porque mi confianza está puesta en él y, de aquí te puedo decir que, la libertad no tiene precio». Por último, la opositora declaró que «seguiré alzando mi voz contra esa dictadura nefasta». Por otro lado, Pablo Cuevas, abogado y director de DNDH, le dijo al medio de comunicación que Montes «nos ha dicho que quiere reintegrarse, por lo que vamos a ver qué se puede hacer, porqué sale sin dónde estar y sin trabajo».
El escape de una dictadura
El cuatro de enero de 2023, Joselin Montes se entregó a las autoridades migratorias del Estado de Texas después de cruzar de manera ilegal el Río Bravo en busca de ser admitida como una asilada política.
La chinandegana, de 33 años, trabajó en distintos medios de comunicación de su departamento local, así como en canales televisivos nacionales como Canal 9 y 10. Durante las protestas cívicas ocurridas en 2018, la periodista fue parte de un grupo médico que auxilió a las personas heridas producto de los ataques del régimen.
Debido a su participación en las manifestaciones, la opositora sufrió de persecución a través de toda Nicaragua por parte del régimen sandinista. Por lo tanto, para resguardar su seguridad, se vio obligada a abandonar Nicaragua.
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Al entregarse a las autoridades norteamericanas, fue llevada a una oficina, donde le tomaron sus datos y sus huellas. En ese lugar, un oficial de migración la entrevistó y le preguntó si tenía miedo de regresar a Nicaragua, a lo que ella respondió: «Sí». Durante su extenso interrogatorio, Montes, le explicó al agente que ella trabajaba como periodista y que huía de las amenazas de la dictadura, a quien criticaba.
Posteriormente, fue informada de que, aunque le habían permitido la entrada a los Estados Unidos debido al clima político en Nicaragua, no era elegible para solicitar asilo, ni para tomar ninguna otra medida para permanecer en suelo norteamericano por lo que sería deportada. Sin embargo, fue hasta abril de 2023 que fue detenida en un centro de Miami, en donde esperó a la resolución de su caso, con la esperanza de no ser expulsada a Nicaragua.
Sin embargo, este 20 de febrero, Cuevas le explicó a Artículo 66 que «la fiscalía decidió desistir del proceso de deportación que estaba en contra de Montes». Según el defensor de derechos humanos, el órgano gubernamental abandonó el caso debido a que «fueron presentadas suficientes pruebas para demostrar que la periodista era una perseguida política del régimen de Nicaragua». De igual manera, la Fiscalía le comunicó al juez migratorio que «si el fallo era a favor de Montes, no pedirían una apelación»
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Por lo tanto, dada la «falta de motivos para negar su estancia en Estados Unidos», el juez migratorio dictó la cancelación de la orden de deportación en contra de Montes. A su vez, al ya no tener cuentas con la justicia, la nicaragüense está habilitada para aplicar a un permiso de trabajo, su número de seguridad social e incluso a una licencia de conducir.