«Seguiré luchando hasta que nuestra Nicaragua sea libre, logremos la unificación familiar y seamos vitales partícipes en la prosperidad de una nueva nación», dijo el líder campesino Medardo Mairena a propósito del primer aniversario de la excarcelación, destierro y desnacionalización de los 222 exreos políticos de la dictadura Ortega-Murillo.
Este nueve de febrero se cumplió un año de ese hecho y ahora, lejos de su tierra, las víctimas de la opresión de la tiranía sandinista aprenden a «reinventarse, a sobrevivir», expresa el exreo de conciencia y dirigente político liberado ese día, Félix Maradiaga
Maradiaga, quien pasó más de un año y medio encarcelado en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocidas como El Nuevo Chipote, en una entrevista que brindó a la organización promotora de la democracia Freedom House expuso los tratos crueles, inhumanos y degradantes a los que fueron sometidos él y todos los reos políticos en las cárceles del régimen de Managua.
El dirigente político recordó que, tras la excarcelación y destierro, «el régimen confiscó todos nuestros bienes y nos deportó de Nicaragua, lo que suele ser un mecanismo que solo se utiliza contra los extranjeros, por lo que nos convirtió en apátridas. Ese es el desafío material: hay que reinventarse, aprender a sobrevivir en un nuevo país, encontrar una manera de poner pan en la mesa para tu familia y reorganizar completamente tu vida».
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Freedom House, en un análisis sobre los arrestos políticos publicado en su página web oficial, señala que «el encarcelamiento surge en medio de un desmantelamiento repentino y gradual de las instituciones democráticas, con importantes impactos físicos, psicológicos y financieros en los encarcelados y en sus seres queridos».
En un informe de marzo de 2023, el Grupo de Expertos en Derechos Humanos de la ONU sobre Nicaragua expuso que tenía «motivos razonables» para creer que «las violaciones y abusos cometidos desde 2018, ordenados por la administración de Ortega, eran consistentes con crímenes de lesa humanidad».
En ese sentido, el Departamento de Estado de EE.UU. durante una conferencia de prensa celebrada de manera virtual el ocho de febrero, destacó que la deportación de los 222 excarcelados políticos hace un año, no tiene precedentes en su historia diplomática.

Asimismo, en una nota de prensa, del mismo Departamento de Estado publicada este 9 de febrero, a propósito del primer aniversario del destierro de los 222 exreos de conciencia, advierten que los dictadores de Daniel Ortega y Rosario Murillo «continúan deteniendo injustamente y obligando al exilio a quienes desean ejercer sus derechos humanos y libertades fundamentales en Nicaragua».
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«Estados Unidos se suma a la comunidad internacional para condenar tales esfuerzos por silenciar las voces del pueblo nicaragüense, y renovamos nuestros llamados a las autoridades nicaragüenses para que restablezcan el pleno disfrute de los derechos civiles y políticos de todos los nicaragüenses», resalta el comunicado de la diplomacia estadounidense.
Por su parte, el dirigente campesino nicaragüense y también exreo político encarcelado y deportado hace un año, Medardo Mairena, ante el despojo de su nacionalidad, le recordó a la dictadura Ortega-Murillo que es y seguirá siendo «nicaragüense por gracia de Dios».

«Nací orgullosamente en Nueva Guinea, Región Autónoma de la Costa Caribe Sur (RACCS), Nicaragua. Mi nacionalidad es un derecho fundamental divino y ningún delincuente me puede arrebatar mi identidad. Seguiré luchando hasta que nuestra Nicaragua sea libre, logremos la unificación familiar y seamos vitales partícipes en la prosperidad de una nueva nación. Dios bendiga a mi querida Nicaragua», señaló el líder campesino a través de un vídeo publicado en su cuenta personal de X.
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En tanto, el movimiento político Unión Democrática Renovadora (Unamos), cuyos principales líderes, como Dora María Téllez, Suyen Barahona, Ana Margarita Vijil, Tamara Dávila, Víctor Hugo Tinoco y Suyen Barahona, fueron encarcelados, luego desterrados y desnacionalizados, aprovechó el primer aniversario de la excarcelación de los 222 para demandar la liberación de los opositores que aún están en las cárceles.
«A 1 año de la liberación y destierro de las 222 presas y presos políticos continuamos denunciando y demandando libertad incondicional de más 100 personas encarceladas a causa de la dictadura en Nicaragua y exigimos respeto pleno a su integridad», insistió Unamos en una publicación en X..
Mientras que la organización juvenil opositora Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN), que también sufrió el secuestro por más de año y medio de sus dirigentes Lesther Alemán, Max Jerez, entre otros, señaló que en el primer aniversario del «vuelo de la libertad» honra «la fuerza de aquellos que, aunque desterrados, nunca han sido quebrantados. Su espíritu indomable ilumina el camino hacia una Nicaragua libre».