Católicos agrupados en una organización denominada «Religiosos y Religiosas Nicaragüenses en la Clandestinidad (RENEC) emitieron un pronunciamiento en el que se declaran «en resistencia desde la fuerza permanente del Evangelio de Jesús» y declaran que «el pueblo de Dios <desde las catacumbas> está vivo y cada día más fuerte», aludiendo a la resistencia de los católicos nicas ante la persecución religiosa desatada por la dictadura Ortega-Murillo.
En el comunicado, el primero que se conoce de esa organización que hasta ahora, según ellos mismos dicen, está en la clandestinidad, se refieren al destierro de los obispos Rolando Álvarez e Isidoro Mora, junto a 15 sacerdotes y dos seminaristas, los que fueron excarcelados por la dictadura y enviados a Roma luego de una negociación directa entre el Vaticano y el régimen de Managua, cuyos detalles aún se desconocen, y también se refieren a la conclusión de la primera parte del «camino sinodal» propuesto por el papa Francisco.
RENEC denuncia que «el destierro no es sinónimo de libertad», sin embargo, aclaran que sí comparten «el alivio del pueblo de Dios por la salida de las ergástulas del régimen de nuestros hermanos», no obstante, dicen los religiosos clandestinos, deben reclamar porque la situación de los sacerdotes recientemente excarcelados y desterrados se suma a la de otros compatriotas que son víctimas de crímenes de lesa humanidad.
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«Creemos recoger en estas breves líneas el sentir del pueblo de Dios que peregrina en suelo nicaragüense, que la esperanza abierta por la liberación de nuestros 19 hermanos religiosos se traduzca en una pronta recuperación de cada uno de ellos, y que su voz, unida a la de otros hermanos y hermanas desde el exilio, sigan siendo fuente de valentía, resistencia y aliento para nuestra sufrida Nicaragua», resalta el pronunciamiento.
Lamentan «silencio» de la alta jerarquía eclesiástica del país
Al referirse a la primera parte del «Sínodo de la Sinodalidad», lamentan «el silencio de la jerarquía eclesiástica nicaragüense» sobre los resultados de esta primera sesión.

El Sínodo sobre la Sinodalidad fue iniciado por el papa Francisco. Se trata de un proceso de «escucha y diálogo» iniciado en 2021 con una consulta mundial al pueblo de Dios. El Sínodo concluirá en 2024.
Los integrantes de RENEC recuerdan que el Sínodo, tal y como lo ha orientado el papa Francisco, propone a la Iglesia un cambio en las estructuras que pasa por una mayor inclusión de la mujer en las decisiones eclesiales, así como dar espacio para la toma de decisiones a las bases, nuestras comunidades creyentes en cada barrio, pueblo y región.
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También destacan que el Sínodo está en línea con las grandes mayorías de nuestro país, que «luchan por una nueva sociedad en la que todos y todas seamos iguales, donde no exista ninguna forma de explotación, donde se potencie el derecho a disentir y donde las decisiones importantes no estén en manos de una casta privilegiada de dirigentes que se tratan de hacer ver como personas iluminadas. El destino de Nicaragua, ayer como hoy, pertenece únicamente al pueblo nicaragüense», sentencian los religiosos desde la clandestinidad.
Finalmente, declaran que han iniciado el presente año «con el ánimo y la valentía» y que, desde las comunidades cristianas de toda Nicaragua, en medio de la adversidad, continúan «en resistencia desde la fuerza permanente del Evangelio de Jesús. En esta hora, nuestra palabra a ustedes es: ¡Ánimo!», concluyen.