La dictadura sandinista confirmó, a través de un comunicado, el destierro de 19 miembros de la Iglesia católica que estuvieron encarcelados por el régimen en los últimos meses. Los sacerdotes, seminaristas y obispos que salieron del país este 14 de enero de 2024 fueron recibidos en la Ciudad del Vaticano.
En la nota de prensa, el régimen detalló que el viaje de los religiosos fue organizado en colaboración con la Dirección de la Santa Sede. El Estado nicaragüense expresó un «agradecimiento especial» al cardenal y secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin y al papa Francisco.
En el comunicado, el régimen especificó que fueron dos obispos, 15 sacerdotes y dos seminaristas. El primer obispo fue monseñor Rolando Álvarez de la Diócesis de Matagalpa, quien estuvo encarcelado por más de 500 días por «traición a la patria» y «ciberdelitos». Junto a él, está monseñor Isidoro del Carmen Mora, obispo de la Diócesis de Siuna. El obispo Mora fue encarcelado por mantener en sus oraciones a monseñor Álvarez.
Posteriormente, se mencionó que fueron enviados el padre Oscar Escoto, vicario general de la Diócesis de Matagalpa, y el presbítero Jader Guido, tercer vicario de la catedral de Matagalpa. Ambos religiosos fueron liberados por el régimen, sin embargo, estaban bajo el sistema de «casa por cárcel» en la Curia Episcopal de Matagalpa.
Después, el Estado especificó que uno de los que salió, con destino a la Santa Sede, fue el padre Pablo Villafranca, párroco de la iglesia de Nuestro Señor de Veracruz, en Nindirí; el sacerdote Carlos Avilés, vicario general de la Arquidiócesis de Managua; el padre Héctor Treminio, párroco de la Iglesia Santo Cristo de Esquipulas; el sacerdote Marco Díaz, padre de la parroquia Santo Tomás Apóstol, del Puerto de Corinto; el sacerdote Fernando Calero, párroco de la párroco de Nuestra Señora de Fátima, Rancho Grande.
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A su vez, fue desterrado el padre Silvio Fonseca, párroco de la iglesia Santa Faz y vicario de Familia y Vida de la Arquidiócesis de Managua; el sacerdote Mykel Monterrey, sacerdote de la parroquia Nuestra Señora de Candelaria; el padre Raúl Zamora, párroco del templo religioso Divina Misericordia, el sacerdote Miguel Mantica, párroco de la iglesia San Francisco de Asís.
Los últimos sacerdotes listados son el padre Jader Hernández, párroco de la Iglesia Madre del Divino Pastor; Gerardo Rodríguez, párroco de la iglesia de Purísima Concepción; Ismael Serrano, párroco de la iglesia San Miguel Arcángel de la Arquidiócesis de Managua y, por último, el padre José Sandino, párroco de la iglesia Nuestra Señora de los Dolores en Santa María de Pantasma.
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Por último, estaban los dos seminaristas Tony Palacios y Alester Sáenz, quienes acompañaban a monseñor Isidoro del Carmen Mora cuando fue detenido.
El gobierno orteguista confirmó que los religiosos ya se encuentran en el Vaticano y añadió que, este vuelo se realizó en cumplimiento de «acuerdos de buena fe y buena voluntad» entre la Santa Sede y Nicaragua. Por último, la dictadura reconoció que «la posibilidad del diálogo franco, directo, prudente» fue lo que hizo que este trato fuese posible.
La Santa Sede no ha informado oficialmente sobre este «acuerdo» y tampoco detalla el destino de los obispos y sacerdotes nicaragüenses liberados del secuestro orteguista.