La Asociación China Nicaragüense, una Organización Sin Fines de Lucros (OSFL) fundada hace más de 80 años y que se ha dedicado a preservar la cultura de «la diáspora China» sin miramientos políticos, ha sido víctima de confiscaciones por parte del gobierno sandinista en dos ocasiones y en dos épocas distintas. Esta vez el despojo incluye un colegio de primera y un edificio.
El pasado 10 de enero, la dictadura Ortega-Murillo, a través del recién resucitado Ministerio del Interior, canceló la personalidad jurídica a la Asociación China Nicaragüense y con ello también ordenó el traspaso de todos los bienes de la organización a manos del Estado, según quedó establecido en el Acuerdo Ministerial 01-2024-OSFL, publicado en la Gaceta Diario Oficial.
La noticia causó, además de sorpresa, pesar entre la comunidad china en Nicaragua, sobre todo porque es la segunda vez que un gobierno sandinista, presidido por Ortega, orienta la cancelación de la asociación asiática.
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Con la eliminación de la organización China, el régimen les está «robando» un terreno de 13 mil 290 metros cuadrados, valorado en aproximadamente 2 millones de dólares, y dos edificios, el de la Asociación China-Nicaragua y el del Colegio Chino Nicaragüense, que juntos suman más de 2 mil varas cuadradas de construcción, que aumentan considerablemente el valor de lo confiscado. Las propiedades están ubicadas en el sector del kilómetro 15 y medio de la carretera a Masaya.
Gobierno miente para ejecutar el robo
Artículo 66 contactó con una fuente cercana a la organización cancelada quien confirmó que no recibieron ninguna notificación oficial previa sobre la cancelación de su personalidad jurídica, sino que se enteraron hasta que conocieron la publicación en La Gaceta.
Según el régimen, la anulación de la ONG se dio porque supuestamente obstaculizaron «el control y vigilancia de parte de la Dirección General de OSFL al no promover políticas de transparencia en la administración».
La fuente negó rotundamente ese señalamiento, pues aseguró que estaban actualizados y al día en todos sus informes y rendiciones de cuenta ante el Ministerio de Gobernación (ahora del Interior) y con su junta directiva en orden.
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«Ellos (el Gobierno) pueden decir lo que quieran, pero la Asociación estaba al día en todo, con sus informes y con la junta directiva que se elige cada dos años, es más, el próximo mes de marzo tocaba renovarla», dijo la persona contactada.
Eliminan un colegio de primera calidad
En redes sociales circuló, a partir del pasado 17 de enero, un comunicado del Colegio Chino Nicaragüense en el que se declaran apesarados por la decisión gubernamental y anunciaron que procederán a pasar a manos del Estado los bienes.
«Con profundo pesar nos permitimos informarles que por medio del Diario Oficial La Gaceta No. 3, del 10 de enero del presente año, nos hemos enterado que mediante el Acuerdo No. 01-2024-OSFL, emitido por el Ministerio del Interior se ha procedido a la cancelación de la personalidad jurídica de la Asociación China Nicaragüense, organismo fundador y administrador del Colegio Chino», dice el comunicado distribuido en redes sociales.
Asimismo, informan que «a la fecha, el colegio continúa operando con normalidad, a la espera de formalizar el traspaso (de los bienes), a favor del Estado, a través de la Procuraduría General de la República (PGR) tal como lo indica el decreto antes mencionado».
En ese centro escolar, considerado de primera calidad educativa, se impartían los tres niveles de educación: preescolar, primaria y secundaria, con un bachillerato trilingüe (español, mandarín e inglés) y los estudiantes que desearan ingresar a él debían hacer un examen de ingreso. Estaba debidamente reconocido por las autoridades del Ministerio de Educación (Mined).
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El colegio Chino fue fundado en honor al día nacional de la «etnia china en Nicaragua», y del natalicio de Sun Yat-sen, considerado el primer presidente de China, el 12 de noviembre de 2011. La primera piedra fue colocada por la fundadora y presidenta honoraria de ese centro de estudios, Ingrid Y. W. Hsing, embajadora de Taiwán en Nicaragua, en ese momento.
Mientras que el edificio de la Asociación fue inaugurado en 2004. Ambas construcciones contaron con el apoyo económico de sus asociados, así como de la Asociación China de EE.UU. y del Gobierno de Taiwán.
Precisamente, las alusiones a Taiwán podrían haber sido el motivo para la cancelación de la Asociación y despojo de sus bienes, incluyendo el colegio.
Con la confiscación quedan sin colegio varios centenares de estudiantes y sin un empleo 35 trabajadores, entre docentes y administrativos.
Primera confiscación
La fuente contactada por este medio de comunicación, y que tiene conocimiento de la Asociación China Nicaragüense, explicó que la organización, desde su fundación en 1942, nunca ha tenido ninguna connotación política.
En 1979, tras la llegada al poder de los sandinistas que habían derrocado al dictador Anastasio Somoza, la Asociación China se dispersó porque muchos de sus directivos se vieron obligados a abandonar el país, y en 1981, la Junta de Gobierno sandinista, presidida por Daniel Ortega, les confiscó una propiedad de 17 mil varas cuadradas, en Managua. El mismo Ortega los vuelve a confiscar esta vez.
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Fue hasta 1992 que volvieron a reactivarse ya con el Gobierno de la presidenta Violeta Barrios de Chamorro y fueron autorizados mediante Acuerdo número 192, publicado en la Gaceta Diario Oficial del 17 de noviembre de ese año.
Uno de los mayores intereses de la organización, dijo la fuente, ha sido unir a la diáspora china en Nicaragua y acercarla a la cultura de su país de origen, incluyendo a los descendientes de los primeros inmigrantes, tanto así que hasta tienen un sitio web denominado «Academia de Genealogía de la Diáspora Nicaragüense» en donde invitan a todos los que sean descendientes de inmigrantes chinos a que se registren para confirmar su árbol genealógico y su conexión con China y así integrarlos a la Asociación, sin miramientos de si son de China comunista o Taiwán, simplemente chinos.
Precisamente por eso es que más extraña la acción del régimen de Nicaragua, pues la OSFL nunca ha opinado en política.
La única explicación que cabe en la decisión confiscatoria del régimen es que tanto la OSFL y el colegio tuvieron el apoyo de las autoridades de Taiwán desde los años 90 hasta la ruptura de relaciones diplomáticas con ese país en 2020, considerado una provincia rebelde de la China comunista, con la que ahora Ortega se ha aliado contra Taiwán.