La vicedictadora de Nicaragua, Rosario Murillo, reaccionó furibunda y amenazante ante las continuas muestras de cariño y celebraciones en honor a la recién electa Miss Universo nicaragüense, Sheynnis Palacios, y lanzó una sarta de ofensas y amenazas a todos los que celebren porque, según dice, preparan un «golpismo destructivo».
La vicetirana no soportó las celebraciones en honor la joven caraceña, de 23 años, cuyo triunfo provocó que, una avalancha de personas, de manera espontánea, sin ser convocados por nadie, se lanzara a las calles, portando la bandera azul y blanco y gritando vivas a Nicaragua y a Palacios, algo que recordó las marchas autoconvocados del 2018.
Los medios de comunicación independientes han destacado la noticia y han recordado que la nueva reina de la belleza participó en las marchas cívicas de abril del 2018 demandando libertad y democracia para su país.
Una «bonita muchacha»
Con evidente ardor y adultismo, la portavoz de la dictadura se refiere a Sheynnis Palacios con desdén y la califica de «una bonita muchacha». «Que los vanidosos, locos-malos, dejen de aprovechar tanta Belleza, Alegría y Talento nicaragüense. Que dejen de manosear los merecidos Triunfos de una bonita muchacha, para esconder su insignificancia e incapacidad, y enturbiar, con sus ridículos y cursis delirios, nuestras Benditas Aguas!», dijo.
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Todo ello encendió la furia de la vicedirectora Murillo que, como siempre, al estilo de «chifleta» atacó a los que llamó «los corazones mezquinos y atrasados, alevosos y desleales… la malignidad diabólica».
Murillo arremete con su estilo amenazante y ofensivo
En una publicación en los medios de la propaganda oficialista que, por su estilo se hace claro que fue redactada por Murillo, pues contiene los groseros epíteto y las faltas lingüísticas típicas de la vicedictadora, acusa al pueblo de Nicaragua, en particular a la oposición, de tratar de aprovechar las celebraciones en honor a la Miss Universo para convertirlo en «golpismo destructivo», sin especificar a qué se refiere.
Murillo, amenazante, sentencia que no admitirán «provocaciones maquilladas, ni confabulaciones, ni distorsiones, ni manipulaciones burdas, vulgares, elementales, propias de siervos imperiales, fracasados y derrotados».
«En estas horas y en estos días de nuevas victorias vemos el aprovechamiento grosero, y la tosca y malvada comunicación terrorista, que pretende convertir un lindo y merecido momento de orgullo y celebración, en golpismo destructivo, o en un retorno, por supuesto imposible, a las nefastas prácticas, egoístas y criminales, de quienes, como vampiros y vividores, se han servido del pueblo, de los bienes del pueblo, de los patrimonios naturales, culturales, legítimos patrimonios del pueblo nicaragüense», dice el texto, como siempre, lanzando indirectas.
Murillo tilda de «víboras» no se sabe quién, y deja claro que por la dictadura, cualquier muestra de alegría y expresión de felicidad del pueblo, es visto como un peligro para su régimen.
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La nota de la dictadura califica las expresiones de celebración en homenaje a Sheynnis Palacios como un supuesto plan terrorista.
«Cualquier plan cobarde y huérfano de ideas, de ideales, de valores y de líderes; cualquier plan diabólico y malévolo que atente contra el derecho de Nicaragua a vivir seguros, tranquilos, y en la vitalidad y el vigor de la alegría, el trabajo, la seguridad y la paz, no será nunca nicaragüense; no tendrá la gracia de Dios; sólo son necias, torpes, maquinaciones delincuenciales, de chanchullos disipados que pretenden atentar contra el brillo hermoso de la belleza y la paz», amenazó la dictadura.