La organización política Unión Democrática Renovadora (Unamos) condenó la reciente ola represiva de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo en contra de la Iglesia católica de Nicaragua y contras los pueblos indígenas misquitos.
Asimismo, recordó que en la escalada represiva en contra de opositores, el 29 de septiembre fue secuestrado el exdiputado y líder de la organización política Yatama Brooklyn Rivera y el primero de octubre fue privada de su libertad la diputada Nancy Elizabeth Henríquez, representante legal del mismo partido.
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Añadió que sumado a las detenciones sin orden judicial de los líderes indígenas, la dictadura orteguista canceló la personalidad jurídica de Yatama, el único partido indígena que existía en Nicaragua.
En cuanto a la nueva arremetida del régimen orteguista contra la Iglesia católica, la organización política destacó que en lo que va de octubre, la justicia de Nicaragua secuestró a los sacerdotes Iván Centeno, Julio Ricardo Norori, Álvaro Toledo y Yesner Cipriano Pineda Meneses, «que ejercían su ministerio en Nueva Segovia, así como a dos jóvenes que trabajaban como apoyo de la parroquia de Ocotal, María Asunción Salgado y Salvador Paguaga».
«También fueron secuestrados los sacerdotes Cristóbal Gadea, de la parroquia de El Cuá, y Ramón Angulo Reyes de la parroquia de El Rama», agregó Unamos.
Además denunció que, «como es costumbre del régimen de mantener desaparecidas a las personas detenidas ilegalmente», no ha dado a conocer el paradero de los líderes políticos y religiosos detenidos.
«Ortega pretende apropiarse de actividades tradicionales»
Unamos también hizo hincapié que en la guerra contra la Iglesia católica el régimen Ortega y Murillo ha pretendido apropiarse de las actividades de celebración tradicionales, «prohibiendo unas y suplantando otras, para silenciar por completo a la Iglesia católica, a sus sacerdotes y religiosas e impedir la actividad de los comités parroquiales y juveniles».
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A la vez señaló que pese a que la dictadura de Ortega no ha dejado ningún derecho ciudadano en pie, «nada le ha servido para liquidar la resistencia del pueblo nicaragüense, por eso se muestra feroz e impotente, cada vez más débil y cada vez más en mayor descomposición».
Por su parte, la exrea política y presidenta de Unamos, Suyen Barahona, afirmó que esa organización política se solidariza «con la Iglesia católica perseguida y demandamos la vigencia plena de la libertad de culto que establece la Constitución».
«Nos solidarizamos con el liderazgo y miembros del partido Yatama, del pueblo miskito, a quienes se les viola su derecho a organizarse y expresarse. Todos son también derechos de cada nicaragüense que seguiremos defendiendo y demandando», expresó.
Hasta el momento la administración Ortega y Murillo no ha informado de las reciente detenciones en contra de los religiosos, mucho menos de los representantes de Yatama, que es una secuencia de las agresiones en contra de la Iglesia católica y de opositores desde el 2018.