Luiz Inacio Lula da Silva, presidente de Brasil, líder de la izquierda latinoamericana y amigo personal del dictador Daniel Ortega, finalmente le dio la espalda a su camarada político y se unió al grupo de países, en la Organización Naciones Unidas (ONU), que condenan la represión en Nicaragua, exigen la liberación de los presos políticos y piden que se permita una inspección al país por parte de la organización internacional.
La noticia trascendió este lunes, 18 de septiembre, a través del medio de comunicación brasileño UOL, que destaca la información de fuentes diplomáticas. Según el medio, Brasil se sumó a una iniciativa conformada por Canadá, Costa Rica, Colombia, Ecuador, Paraguay y Perú, además de Chile, países que, dentro de la ONU critican las violaciones a los derechos humanos en el país centroamericano y promueven la exigencia que la dictadura de Nicaragua ponga fin a la represión.
También piden a Ortega que acepta la llegada al país de un grupo de expertos de la ONU «para que investigue los crímenes cometidos por el régimen».
La adhesión de Brasil a ese grupo de Estados implica tácitamente que el Gobierno del amigo de Ortega reconoce que en Nicaragua se violan los derechos humanos y que existe la represión, así como presos políticos, destaca UOL.
Noticia relacionada: La crisis en Nicaragua «es un tema que nos preocupa», afirma el canciller de Brasil
El bloque de países al que ahora pertenece Brasil, ya emitió un documento que hizo llegar al Consejo de Derechos Humanos (CDH) de la ONU, en el que reiteran las denuncias sobre el cierre de más de 3.372 organizaciones de la sociedad civil, incluidos medios de comunicación independientes.
También condenan que la dictadura Ortega-Murillo haya despojado de su nacionalidad a más de 300 nicaragüenses.
«Ahora Nicaragua (el régimen de Ortega) intensifica su represión contra la Iglesia católica, con la detención y condena del obispo de Matagalpa, Rolando José Álvarez Lagos, a más de 26 años de prisión tras su negativa a exiliarse», señala el bloque de países que condenan a la dictadura de Nicaragua.
En el documento enviado a CDH también repudian «el cierre y confiscación de bienes de la orden religiosa jesuita y de la Universidad de Centroamérica, con lo que se eleva a 27 el número de universidades cerradas».
Noticia relacionada: Lula da Silva y Foro de São Paulo se deslegitiman al apoyar a dictadura de Daniel Ortega
De igual manera, el grupo de Estados solidarios con el pueblo de Nicaragua, ahora junta a Brasil, señala que «Hacemos un llamado a las autoridades (de Nicaragua) a iniciar la cooperación con los mecanismos internacionales de derechos humanos, a permitirles el acceso para investigar denuncias de violaciones de derechos humanos y a renovar el diálogo con la Oficina del Alto Comisionado y el Sistema Interamericano de Derechos Humanos», afirman.
Y agregan que «Alentamos a la ONU y a las instituciones financieras internacionales a intensificar los esfuerzos para garantizar la transparencia y la rendición de cuentas de los fondos proporcionados a las autoridades del gobierno de Nicaragua, asegurando que ayuden a las personas más vulnerables», afirman.Casi de inmediato, el expresidente ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) Paulo Abrāo aplaudió la decisión de la diplomacia brasileña.