La Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN) continúa con la campaña para que cese el financiamiento a la dictadura de Daniel Ortega y al Ejército de Nicaragua, institución implicada en serias violaciones a los derechos humanos.
Integrantes de la organización estudiantil entregaron la carta este lunes, 18 de septiembre, a la Cámara de Representantes de Estados Unidos, en la que se demanda implementar la Ley Renacer y la NICA-ACT en contra de la administración orteguista.
Noticia relacionada: AUN pide al Congreso de Estados Unidos sancionar al Ejército de Nicaragua
«La lucha por la democracia en Nicaragua no cesa. #AUN sigue firme en su llamado al Congreso de EE.UU. para aplicar #RENACER y #NICAAct. Es hora de cortar el financiamiento a la dictadura de Ortega y al Ejército Sandinista», escribieron los jóvenes opositores, a través de su cuenta X, anteriormente conocida como Twitter.
Por su parte, el exreo político y presidente de AUN, Max Jerez, explicó a Artículo 66 que se sigue demandando mayor presión a la dictadura de Daniel Ortega. «Seguimos pidiendo a los senadores y congresistas que apliquen las —leyes— Renacer y Nica-Act, específicamente a las empresas del Ejército de Nicaragua por su complicidad con la dictadura».
«Miembros de nuestra organización se están dirigiendo a las oficinas, tanto de representantes como de senadores para entregar la misiva y ponerse en contacto con ellos para hacer notar la grave situación que estamos viviendo los nicaragüenses», remarcó el exreo político.
Además indicó que la iniciativa está teniendo una aceptación positiva por parte de las oficinas de los diferentes congresistas y senadores estadounidenses. «También estaremos pidiendo a la administración —del presidente Joe Biden— que no deje de ejercer presión al régimen de Nicaragua», subrayó.
Noticia relacionada: Grupo de la ONU pide investigar al Ejército de Nicaragua por posible implicación en crímenes de lesa humanidad
En cuanto a la misiva, AUN expone a los congresistas que la dictadura de Ortega aún mantiene a «74 pesos políticos sometidos a torturas y encarcelados bajo condiciones inhumanas; 28 universidades han sido confiscadas, afectando a miles de estudiantes; más de 250,000 nicaragüenses han sido forzados al exilio y los que permanecen, viven en constante zozobra».
El Ejército de Nicaragua, quien recientemente le volvió a jurar lealtad a los dictadores Daniel Ortega y Rosario Murillo, es señalado de ser uno de los brazos represores de su régimen durante las protestas sociales en 2018, que dejó un saldo de más de 300 asesinados.