La precandidata a la Presidencia de México, Xóchitl Gálvez, se solidarizó con la Compañía de Jesús en Nicaragua por la reciente confiscación de sus bienes por parte del régimen de Daniel Ortega. A la vez dijo que, en comparación a la dictadura somocista, la de los Ortega y Murillo «salió peor».
«La revolución sandinista salió peor que la de Somoza», señaló la aspirante de la oposición, quien se perfila como la más fuerte para las elecciones presidenciales del 2024 en el país azteca.
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A través de un breve vídeo, que publicado en la cuenta de Twitter del Movimiento Nacional Autoconvocado, la candidata del Partido Acción Nacional (PAN) criticó al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) por su silencio antes las recientes acciones contra los jesuitas, luego del cierre de la Universidad Centroamericana (UCA).
«México no ha levantado una ceja. Mi solidaridad con la comunidad jesuita a la que le han decomisado sus bienes; un abrazo al ITESO y al IBERO», expresó la actual senadora de la República mexicana.
Las declaraciones de la opositora fueron el jueves, 24 de agosto, durante un foro en Guadalajara, México, y se dieron luego que, el 23 de agosto, la dictadura orteguista despojará de su personalidad jurídica a la Compañía de Jesús, la orden sacerdotal de los Jesuitas.
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Luego de la nueva arremetida contra la orden religiosa católica, se teme que el régimen de Nicaragua podría proceder a la expulsión de los sacerdotes pertenecientes a esa congregación.
El despojo de sus permisos para operar a la asociación católica jesuita se materializó a través del acuerdo ministerial 105-2023-OSFL, hecho púbica a través de la Gaceta Diario Oficial 154, de este miércoles, y firmada por la ministra de Gobernación orteguista, María Amelia Coronel Kinloch.
El acuerdo ministerial también ordena confiscar todo los bienes de los jesuitas en el país y pasarlos a manos del Estado, tal como ya hicieron con la UCA y la residencia de los sacerdotes jesuitas.
Pese a las críticas por parte de la comunidad internacional, la dictadura de Ortega no ha dado vuelta atrás y sigue «pisando el acelerador», robándose la Universidad Centroamericana e instalando una casa de estudios oficialista, rebautizada con el nombre de Casimiro Sotelo, la que no ha tenido que retrasar el inicio del segundo semestre académico hasta el 25 de septiembre.