Al cumplirse un año del encarcelamiento del obispo de Matagalpa y administrador apostólico de Estelí, monseñor Rolando Álvarez, el obispo auxiliar de Managua en el exilio, monseñor Silvio Báez, hizo público un emotivo mensaje en el que le dice a su hermano que no está solo, y aprovecha para seguir denunciando que monseñor Álvarez está encarcelado por denunciar las injusticias de «los tiranos».
Báez, llama «querido hermano» al obispo encarcelado, le reitera que cuenta con el amor de su familia y de toda la Iglesia de Nicaragua. «Te acompañan las voces y el corazón de tantos nicaragüenses que te quieren y te admiran y han visto en tu persona y en tu vida una luz y una esperanza para nuestra sufrida patria», dice el mensaje del obispo exiliado.
Preso por incomodar a «los tiranos»
En su mensaje público dedicado a monseñor Álvarez, el obispo Báez recuerda que son los que se presentan «sedientos insaciables de poder y cegados de soberbia y de maldad», los que tienen sometida a Nicaragua y pretenden mostrar a Álvarez como responsable de «delitos inexistentes que ellos mismos se han inventado».
Asimismo, elogió la fuerza espiritual del religioso, encerrado en una celda de máxima seguridad, donde los dictadores han querido doblegarlo. «Han luchado por callarte y, al no lograrlo, te han sometido a una farsa de proceso judicial que ni ellos mismos se creen, hasta encerrarte injustamente en una cárcel. Nos quieren engañar, pero los engañados serán ellos; quieren condenarte, pero se están condenando a sí mismos».
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Báez destacó que el obispo Álvarez está en la cárcel «por ser profeta de Dios, por esparcir esperanza», y sobre todo, según reafirmó el obispo auxiliar, porque «su palabra y su presencia incomodaba a los tiranos».
«Los ahogaban tu palabra profética, que ha hecho resonar en todo el país la frescura del evangelio de Jesús. Se sentían temerosos ante tu capacidad de hacer soñar al pueblo con una sociedad nueva, en donde se pudiera cosechar la tierra con esperanza, trabajar con dignidad, opinar sin miedo, moverse con libertad y sonreír con el corazón», dijo Báez.
Agregó que monseñor Álvarez está siendo sometido a un encierro injusto porque los dictadores Ortega y Murillo se atemorizan ante «un humilde obispo que caminaba, bailaba y cantaba con la gente sencilla». Temblaban cuando tú hablabas de justicia y de verdad, cuando defendían a las víctimas y alzaban la voz por la madre tierra».
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«Rolando, hermano, estás privado de tu libertad como Jesús, por ser testigo de la verdad y profeta del amor, por ser un pastor cercano y bueno, por ser un hombre íntegro y libre», dice el mensaje para el obispo rehén de la dictadura Ortega-Murillo.
Además, Báez advierte a los tiranos de Nicaragua que «un día tendrán que dar cuenta ante la justicia de los hombres y ante el tribunal de Dios. Ellos (dictadores Ortega y Murillo) no aman la vida, no conocen el amor, se atemorizan ante el poder de la oración, no temen a Dios».
Finalmente, monseñor Báez alza la voz pidiendo la libertad del hermano Álvarez pero también denuncia las arbitrariedades e injusticia. «Los que te conocemos y te queremos no nos hemos callado, seguimos alzando la voz para que esta injusticia, este crimen, que cometen contra ti, termine muy pronto. No dejaremos de exigir tu liberación. No nos callaremos hasta tenerte otra vez entre nosotros», concluye el religioso obligado al exilio por la dictadura.