Muchos viajaron hasta doce horas desde diferentes Estados para escuchar su homilía, abrazarlo y compartir un sentir común: el de la libertad para el país de donde son todos originarios. Este domingo, decenas de exiliados recibieron a monseñor Silvio Báez en Chicago.
La demanda de justicia por los asesinatos, libertad para volver a casa y para los presos políticos, más el retorno a la democracia para Nicaragua, se vio revitalizada durante el encuentro que tuvo lugar el domingo, siete de mayo, en la parroquia Santa María del Lago, de Chicago.
“Esto muestra que donde estemos, siempre seremos un pueblo en resistencia”, dijo un ciudadano que al finalizar la misa, hizo fila para saludar al obispo Báez y tomarse una foto de recuerdo.
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Durante el servicio religioso, monseñor Baez ofició una misa por la libertad de Nicaragua. Durante su reflexión, recordó a las víctimas de la represión de abril de 2018. Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el régimen, sus policías y parapolicías son los responsables de asesinar a 355 ciudadanos opositores a la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Mensaje de esperanza
El obispo Báez llamó a los exiliados a no darse por vencidos. “Soñemos con una patria nueva donde no haya opresores ni oprimidos, en donde se respete la dignidad y los derechos de todos”, dijo.
Explicó que en esa patria “todos debemos ser capaces de renunciar a intereses particulares, para compartir nuestros bienes en paz y justicia, en donde disentir del poder no sea un delito”, expresó ante una muchedumbre que aplaudió con júbilo sus palabras.
“He llorado al escuchar a monseñor Báez, sus palabras me dan esperanza de volver a Nicaragua y disfrutar de la libertad que tanto anhelamos”, reaccionó una joven originaria de Jinotega. Otro ciudadano que dijo que viajó hasta cinco horas para asistir al evento religioso mencionó que “la esperanza en el fin de la dictadura está viva”.
“Es posible seguir organizando y resistiendo para un mañana mejor, he venido con toda mi familia y volvemos fortalecidos por la voz del pastor que nos alienta en esta lucha”, señaló.
El líder opositor Juan Sebastián Chamorro agradeció la visita de monseñor Báez y sus palabras en momentos en el que el exilio las necesita. “Nuestros pastores también han sufrido, son pastores de pueblo y hemos visto que es una barbarie más del régimen contra ellos, pero aquí han estado y siguen aliviando, compartiendo esperanzas”, dijo.
Para la opositora nicaragüense Irlanda Jerez, una de las 94 personas a las que el Gobierno de Nicaragua despojó de su nacionalidad recientemente y quien también fue presa política del régimen, dijo que los sacerdotes, especialmente la de obispos como Báez y monseñor Rolando Álvarez, son voces proféticas y por eso la dictadora los ha perseguido. “Ellos son como Moisés, que guían a su pueblo”, señaló.
Camino claro
Otro que reaccionó en el encuentro de este domingo fue el también excandidato presidencial y desterrado político Félix Maradiaga. Aseguró que el mensaje del obispo Báez quedó más que claro sobre la ruta a tomar para que Nicaragua vuelva a la democracia.
“Nos invita a la creación de una estructura política que nos lleve a representar de maneras más claras las distintas voces y la diversidad que el mismo monseñor Báez ha expresado”, explicó Maradiaga. Considera el opositor que las facciones de la oposición en el exilio van por el camino correcto y no extraviado como otros piensan. “Quizás trabajando de formas distintas. Hay fraternidad entre los principales liderazgos opositores y estoy muy optimista”, aseguró al finalizar la homilía.
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Al finalizar la misa hubo una larga fila de nicaragüenses esperando en los jardines de la parroquia Santa María del Lago para abrazar al obispo Báez y tomarse una foto con él. “Es un sueño hecho realidad”, sostuvo una ciudadana visiblemente emocionada al poder abrazarlo, mientras sostenía una bandera de la Iglesia Católica.
“Esta visita de monseñor Báez y el recibimiento, evidencia el contundente respaldo del pueblo hacia la Iglesia y a los obispos”, dijo otro ciudadano exiliado.
Por: Voces Unidas