El pasado fin de semana en el barrio Ayapal, en el Distrito Tres de Managua, fueron encontrados sin vida el matrimonio María José Machado Rivas y Luis Ángel Solís Zambrana. Investigaciones policiales revelaron que resultó ser un femicidio seguido de suicidio.
Las investigaciones iniciaron la noche del martes que ocurrió el crimen, cuando se dio el hallazgo de los cadáveres en estado de descomposición. Algunos vecinos se alarmaron porque tenían tres días de no ver a la pareja, además de sentir que un olor fétido salía de la vivienda, por lo que denunciaron la situación ante la policía.
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Tras recibir el llamado, los agentes policiales se presentaron al lugar y al forzar la cerradura encontraron los cuerpos de la pareja en estado de descomposición. Pobladores del sector especularon que la pareja se había suicidado tomando veneno.
Una fuente vinculada a las investigaciones reveló al medio de comunicación La Prensa que, «el forense que hizo la autopsia descubrió que María José Machado fue estrangulada». En el caso de Luis Ángel Solís, se presume que «después de matar a su pareja se suicidó con fármacos», agregó el informante bajo condición de anonimato.
Un dictamen forense preliminar no encontraba señales de violencia en los cuerpos, pero luego de realizarles las autopsias descubrieron que se trataba de un femicidio y suicidio.
Hasta el momento se contabilizan 17 mujeres asesinadas en lo que va del año en Nicaragua, deja claro que el Estado no se conmueve con estos crímenes y su pasividad lo convierte en cómplice, según las denuncias constantes de organizaciones feministas del país.
Según reportes de la organización Católicas por el Derecho a Decidir, ocho de ellas perdieron la vida fuera de Nicaragua y nueve de las víctimas tenían entre 35 a 59 años y siete tenían entre 18 a 34 años. En su mayoría han sido asesinadas por sus compañeros de vida.