Las 16 mujeres asesinadas en lo que va del año en Nicaragua, deja claro que el Estado no se conmueve con estos crímenes y su pasividad lo convierte en cómplice, aseguraron integrantes de organizaciones feministas del país.
Según reportes de la organización Católicas por el Derecho a Decidir, ocho de ellas perdieron la vida fuera de Nicaragua y nueve de las 16 víctimas tenían entre 35 a 59 años y siete tenían entre 18 a 34 años.
De los casos mencionados, apenas uno está en investigación, tres en proceso judicial, dos quedaron impunes, dos victimarios se suicidaron y cuatro de los casos están en el extranjero. La activista María Teresa Blandón considera que una de las agravantes de estos hechos ha sido la pasividad que se promueve desde el Estado de Nicaragua.
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«Yo creo que ahora mismo el Estado de Nicaragua no puede hacer nada (…) porque no tiene ningún respeto por la vida de las mujeres, porque si lo tuviera ya tuviéramos una política pública para prevenir la violencia, para proteger a las víctimas e impedir la impunidad», indicó la socióloga.
Blandón consideró que la cancelación de personerías jurídicas de organizaciones de sociedad civil agudizó la desprotección de las mujeres. «Tiene que haber lugares para refugiar a las mujeres víctimas y no los hay, los únicos albergues que teníamos eran los albergues de las organizaciones de mujeres y (Daniel) Ortega canceló más de 200 organizaciones de mujeres en los últimos cinco años. Es evidente que ni hacen, ni dejan hacer a quienes estamos comprometidos en la lucha contra la violencia», reprochó.
Murillo habla, pero los crímenes no paran
Desde la perspectiva del Estado de Nicaragua, la violencia contra las mujeres constituye un «crimen de lesa humanidad» y promete castigo.
«Estamos trabajando para reconocer los desafíos pendientes, sobre todo en términos de la vida respetuosa y armoniosa que merecemos las mujeres, y nos sumamos (..) a la demanda de todos los sectores de nuestra sociedad, para exigir atención urgente y castigo ejemplar a las agresiones y asesinatos de mujeres, que constituyen un vicio y una lacra que debemos combatir», dijo al respecto Rosario Murillo, vocera del gobierno.
«Debemos exigir que se cumplan nuestras Leyes, a fin de lograr que se extingan estos crímenes de lesa humanidad: el irrespeto a las mujeres», agregó, olvidando que es ella y su esposo, el dictador Daniel Ortega, los llamados a cumplir las leyes en el país y los primeros en ir contra ellas.
Acosan y reprimen, pero no protegen
Según organismos de derechos humanos, desde hace cinco años las agresiones hacia las mujeres no han cesado en Nicaragua. El Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más asegura que desde el gobierno se han violado sistemáticamente los derechos de las mujeres, con el despojo de nacionalidad, encierro y confiscación de bienes.
La organización denuncia también el exilio forzado y las muertes violentas contra las mujeres. Exponen que la «ineficiencia del sistema de justicia del país respecto a la protección de la mujer es evidente».
«La situación jurídica se agrava al constatar la inefectividad de las Comisarías de la Mujer y de la Policía en general, que no investiga ni brinda protección a las víctimas de abuso y violaciones, dedicándose a acosar y reprimir a la ciudadanía», refiere el organismo.
Por Voces Unidas