La Iglesia Anglicana de la Región Central de América (IARCA) expresó su «consternación y preocupación» por la persecución religiosa que ejerce la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo contra la Iglesia católica en Nicaragua.
El destierro de sacerdotes y la condena del obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, asegura que son acciones que van en «detrimento de la paz, concordia y respeto a los derechos políticos y humanos básicos».
IARCA dice que la resistencia de monseñor Álvarez al destierro es una decisión «fiel al ministerio» de cuidar y caminar con el pueblo de Dios en la Diócesis de Matagalpa y Estelí.
Noticia relacionada: Matagalpinos: «Monseñor Álvarez es más que un Premio Nobel de la Paz, es un santo»
Según la Iglesia anglicana esta acción del obispo generó «descontento» en algunas personas y raíz para las acciones que han realizado contra ellos, como la condena de 26 años de cárcel contra el purpurado.
«Como pastores fieles al mandato de Nuestro Señor Jesucristo de anunciar el Evangelio de paz, justicia y amor: exhortamos al Estado de Nicaragua a optar siempre por el diálogo, la búsqueda de procesos para la reconciliación de ese amado pueblo y que abonen para la construcción de la paz», señala el comunicado oficial de IARCA.
La Iglesia anglicana le recordó al régimen Ortega Murillo que el respeto a la dignidad humana y sus derechos fundamentales es la clave para consolidar caminos de democracia y bienestar de los pueblos. «Como IARCA nos comprometemos a orar para que el amado pueblo nicaragüense logre la paz y la justicia. Oramos también por nuestra amada Iglesia Episcopal Nicaragüense y manifestamos nuestra consideración», concluye.
Monseñor Álvarez se negó el nueve de febrero a ser desterrado de Nicaragua. El 10 de febrero fue sometido a un juicio sumario exprés donde lo declararon culpable por los presuntos delitos de menoscabo a la integridad nacional, propagación de noticias falsas y obstrucción de funciones. Por esos delitos fue condenado a 26 años de cárcel y el despojo de su nacionalidad nicaragüense.
Y la Conferencia Episcopal de Nicaragua hasta cuando?