La preocupación crece entre los familiares del periodista deportivo y preso político Miguel Mendoza, quien este viernes, 18 de noviembre, cumple 514 días de haber sido secuestrado por la Policía de Nicaragua.
«Hoy se cumplen 514 días de la detención injusta de Miguel y 514 días que Alejandra —hija del reo de conciencia— no lo abraza», expresó a Artículo 66 Margin Pozo, pareja del cronista deportivo.
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Otra de las preocupaciones de la familia de Mendoza es que no lo han podido visitar desde hace 83 días. El 27 de agosto fue la última vez que conocieron sobre su condición de salud. Han pasado 61 días desde que anunció huelga de hambre en demanda de poder ver a su hija de ocho años y no tienen idea de cómo se encuentra.
«Lamentablemente no sabemos nada de él. Las veces que le he preguntado a los oficiales que reciben el agua, expresan que no están autorizados para dar información. Realmente es una situación desesperante», dijo preocupada la también comunicadora.
Ante la violación a los derechos del privado de libertad, la familia demanda en primera instancia su liberación, «mientras ocurra eso, que autoricen visitas a como lo establece la ley».
Hija de Mendoza, con problemas físicos y emocionales
Por otra parte, los familiares del periodista afirman estar preocupados por los problemas físicos y emocionales que presenta la niña Alejandra Mendoza, quien sigue preguntando y demandando ver a su padre.
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«Los problemas que presenta Alejandra es a causa de esta separación forzosa —a la que ha sido sometida por órdenes del régimen de Nicaragua—. Ella anhela un abrazo de su padre. Ya son 17 meses de no escuchar su voz, abrazarlo y jugar con él. Es demasiado para una niña de 8 años.», aseveró Pozo.
Miguel Mendoza cumple más de 500 días sin ver a su hija Alejandra quien ha pedido, a través de mensajes en redes sociales, que le permitan abrazar a su papá.
Durante su encierro, Miguel Mendoza ha perdido más de 30 libras de peso y cuando fue presentado en los juzgados de Managua se notó delgado. Sus familiares han denunciado que padece varias enfermedades que no son atendidas por un médico especialista, situación que se repite con todos los detenidos en las celdas de la dictadura de Nicaragua.
El periodista y crítico del régimen Ortega y Murillo fue declarado culpable por los delitos de conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas. Las «pruebas» fueron las publicaciones en su cuenta de Twitter. La justicia orteguista lo condenó a nueve años de cárcel.
